MAGNOLIAS

Una de las mayores virtudes del magnolio son sus enormes flores blancas, vistosas y de un perfume muy intenso. De ahí que se haya convertido en uno de los árboles ornamentales más cultivados en todo el mundo. Su nombre científico, Magnolia Grandiflora, hace alusión al profesor de Botánica Pierre Magnol (siglos XVI y XVII) y sus flores de gran tamaño (grandiflora). Aunque se pueden encontrar en cualquier rincón del planeta, su origen se encuentra en el norte de América, si bien existen variedades en Oriente e Inglaterra.

Descripción

Esta especie perenne, siempre verde y con hojas alternas elípticas y brillantes, ofrece a quien la observa una imagen elegante y distinguida, gracias a su copa de denso follaje. Mide en torno a los 15 metros de altura, aunque existen variedades más pequeñas. Dispone de un tronco corto, con fisuras grises en la corteza.

Sus amplias flores de pétalos blancos crecen de mayo a julio. Son solitarias y muy grandes, de hasta 20 cm. de diámetro. Los frutos tienen forma de piña ovalada, de no más de 10 cm. de longitud, y sus semillas son planas y rojas.

Multiplicación, cultivo y suelos

Este árbol se puede encontrar en viveros fácilmente. Para multiplicar los ejemplares, podemos hacerlo por esqueje o con semillas. Aunque es más lento, mediante simiente es muy sencillo cultivarlo: tomaremos las semillas de los frutos, antes de que se abran. En octubre y noviembre es el periodo idóneo para recoger las semillas. Si se va a plantar, se tiene que retirar su parte carnosa por maceración o frotación.

La mejor época para plantarlo es la primavera, enriqueciendo el suelo con turba. No necesita mucho sol: lo más recomendable es cultivarlo entre sol y sombra. Su crecimiento es bastante lento, por eso es mejor comprar un ejemplar que ya haya germinado y que se haya desarrollado parcialmente. No se puede cultivar en maceta y no requiere poda.

Los suelos serán preferiblemente algo ácidos o neutros, ricos en materia orgánica. El terreno tendrá que carecer de cal, será fresco y bien profundo. Los suelos demasiado húmedos perjudican su follaje y reducen su desarrollo, por eso tienen que ser bien drenados.

Usos y aplicaciones

Aunque su utilización más frecuente es la destinada a la decoración de jardines y parques, el magnolio tiene, además, interesantes aplicaciones terapéuticas, conocidas desde la Antigüedad. En la Edad Media se recurría a la infusión de las hojas y las flores para aliviar molestias digestivas y para curar la gota. Las infusiones de corteza y flores permiten mejorar los problemas cardiovasculares, aunque otras personas lo utilizan como un excelente diurético. Hoy, con las magnolias se elaboran infusiones antiespasmódicas muy efectivas.