EL CLIMA

jueves, 30 de junio de 2011

MORFEO

MORFEO
En la mitología griega, Morfeo (en griego antiguo Μορφεύς, de μορφή morphê, ‘forma’) es el dios de los sueños. Según ciertas teologías antiguas, es el principal de los Oniros, los mil hijos engendrados por Hipnos (el Sueño) y Nix (la Noche, su madre), o por Hipnos con Pasítea.

Era representado con alas que batía rápida y silenciosamente, permitiéndole ir volando velozmente a cualquier rincón de la Tierra. Morfeo se encargaba de inducir los sueños de quienes dormían y de adoptar una apariencia humana para aparecer en ellos, especialmente la de los seres queridos (de ahí su nombre), permitiendo a los mortales huir por un momento de las maquinaciones de los dioses.
Morfeo desempeña un papel importante en la historia de Ceice y Alcíone. En concreto, aparece en las obras de Homero y Ovidio. Este último cuenta en Las metamorfosis que Morfeo duerme en una cama de ébano en una cueva sutilmente iluminada, rodeado de flores de adormidera (que contienen alcaloides de efectos sedantes y narcóticos). También cuenta que mientras sus hermanos Fobetor y Fantaso eran responsables de los animales, los objetos inanimados, y apariciones de los sueños, Morfeo se centraba en los elementos humanos.
Fue fulminado por Zeus por haber revelado secretos a los mortales a través de sus sueños.
De su nombre procede la expresión «estar en los brazos de Morfeo», que significa ‘soñar’ y por extensión ‘dormir’ o viceversa.
Con una varita o una flor de amapola tocaba la frente de los hombres para dormirlos. Era el encargado de hacer soñar a quienes dormían y en ellos tomaba la forma de personas, generalmente de seres queridos, junto a sus hernanos Fobetor (que es el encargado de representar a los animales) y a Fantaso (quien representa a los objetos inanimados).

Morfeo vivía en un palacio construido en el interior de una cueva, por lo que nunca nada ni nadie alteró su tranquilidad. Duerme en una cama de ébano sutilmente iluminada, en un lecho cubierto de amapolas y todas las aves nocturnas revolotéan a su alrededor. Por una puerta del palacio salían los sueños verdaderos y sanadores y por otra, las pesadillas y falsos sueños. Con sus alas, podía ir volando a cualquier rincón de la Tierra velozmente para abrazar a alguien y hacerlo soñar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario