EL CLIMA

lunes, 11 de abril de 2011

LA SIEGA







LA SIEGA
La época de la siega era, y sigue siendo,
la más importante para el campesino. Después
de arar la tierra y sembrar los cereales,
como el trigo o la cebada, los veía brotar
y crecer ,siempre con miedo a las heladas,
el granizo o la sequía, pues de la buena
calidad de los granos dependía el venderlos
a buen precio en el mercado y tener pan
todo el año o comprar otros alimentos.
Era también una época de trabajo
para todo el mundo, que con hoces
o guadañas le ayudaban a recoger
los cereales: eran los segadores.
Actualmente, máquinas segadoras
y cosechadoras se encargan de
realizar casi todo este trabajo,
pero el tiempo de la siega sigue
siendo el momento de recoger el
fruto de muchos meses de trabajo.

Tras la esquila viene la siega. Ésta se lleva a cabo en diciembre y aun en noviembre, según las especies de cereales.

Con el trigo y maíz sucede lo que con la esquila, con la única diferencia que allí tiene ocupación todo el que se presenta, sea mujer u hombre. Generalmente la escasez de brazos obliga a echar mano de las criaturas. Sin embargo, la introducción de máquinas de segar ha venido a subsanar en parte esta falta. Las regiones más aptas para esta especulación son las del Norte y el Oeste, aun cuando ya hoy el Tandil y Bahía Blanca destruyen la arraigada creencia que existía de que en el Sur no eran posible las sementeras.

Concluidas las faenas del día, los trabajadores en vez de entregarse al reposo, como en la esquila y en la yerra, rinden culto a Terpsícore.

Para las siegas, los que tienen yeguadas siempre están de felicitaciones, pues el trigo segado se va engavillando a fin de facilitar la parva para trillar.

Ya emparvado, se hace un circo de postes en torno a la parva y entre el uno y la otra se lanzan las yeguas y no se les deja descansar.

Uno, dos o tres individuos tienen cuidado de ir arrojando las gavillas, a fin de aprovechar el contingente que presta la yeguada. Luego la recogen en zarandas y comienza la fajina de aventar.

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