EL CLIMA

lunes, 11 de abril de 2011

INFORME SOCIEDADES SECRETAS




HERMANDADES SECRETAS


Las sociedades humanas se basan en la cooperación de sus miembros para conformar un mecanismo perfecto y armónico cuya meta original seria lograr la proliferación de la especie. Claro está que este concepto es una aseveración idealista y, observando los tiempos actuales, casi utópica. En todo caso, internamente, mas allá de las grandes sociedades (en las cuales se comparten costumbres propias, lenguaje, arte determinado, etc., ósea, las sociedades que conforman naciones y en las que se divide la población humana), dentro de estas, las personas aun demuestran una necesidad de colocarse en un grupo un poco mas delimitado en el cual saciar su “apetito de pertenencia” (la necesidad del hombre de pertenecer a un circulo de semejantes). Sub-culturas, contra-culturas o asimismo culturas especificas como sean, por ejemplo, el movimiento Dark, el Gótico o el Punk como expresiones de ideologías paralelas al pensar común de las masas.
Así también se conforman otra clase de organizaciones que no se relacionan con una cultura o costumbres especificas, sino con códigos o reglas comunes motivadas hacia un propósito universal o una meta para la cual dicha “asociación” fue concebida. Así entonces se crean las sociedades dentro de sociedades, círculos dentro de círculos.
Muchas de estas sociedades o grupos se muestran abiertas a nuevos miembros y son de basto conocimiento publico. Pero la moneda siempre posee dos caras, y es entonces cuando se habla de las tan controversiales como enigmáticas sociedades secretas. Grupos cuantitativamente delimitados cuyos miembros son especialmente escogidos y que permanecen en la clandestinidad, ya sea para mantener sus actividades en secreto o para proteger la exclusividad de sus miembros.
A lo largo de la historia, ya sea en su contexto contemporáneo o antiguo, las sociedades secretas (muchas de las cuales se dieron a la luz, como en el caso de los masones entre otros) han mostrado interés en causar cambios sociales en las regiones en las que actúan, no limitándose tan solo a actuar desde afuera, sino posicionando a muchos de sus miembros en altos rangos en el gobierno y/o en empresas poderosas. Desde religiosos hasta militares, pasando por obreros y miembros de la clase alta, también remontándonos a los antiguos templarios y retornando a las modernas sectas satanistas. La lista ya es bastante extensa sin siquiera hablar de las sociedades de las cuales aun no tenemos conocimiento. Y todas, mas allá de sus diferencias o métodos, poseen pilares en los cuales se sostiene cada miembro, ideologías en las cuales basar su estilo de vida. Y claro está que el individualismo no tiene cabida en este tipo de agrupaciones, o al menos en la mayoría.

Y ya que hemos hablado de su interés en intervenir en el mundo, cabe el preguntarnos, ¿hasta que punto estas sociedades secretas han estado directamente involucradas en los hechos resonantes de la historia? o ¿Qué tanto poder han adquirido?. Pero cada grupo es diferente, y no todos siguen la misma meta, por lo tanto se debe delimitar y nombrar a cada secta por separado para así comprender su ideología y su manera de ver el mundo, entonces entender el porque de sus actos.
Por razones personales (ya sea tedio o poca voluntad) solo profundizaré en las mas conocidas y poderosas ordenes que la historia ha acunado en sus miles de paginas.






La masonería.

“Si faltase lo más mínimo a mi juramento, que me corten el cuello, me arranquen el corazón, los dientes y las entrañas y que los arrojen al fondo del mar. Sea quemado mi cuerpo y mis cenizas esparcidas por el aire, para que no quede nada de mi, ni siquiera el recuerdo entre los hombres y entre mis hermanos masones”.
Juramento masónico, 1869.

La masonería es una rama directa de la “Compagnonnage” (Camaradería en francés), una sociedad obrera que se calcula fue fundada durante el siglo XI para hacerle frente al poder de los patronos, y que ofrecía a sus miembros una suerte de seguridad social. La Camaradería francesa se conformaba por albañiles (mas concretamente: talladores de piedra, carpinteros, ebanistas y cerrajeros) de donde surgió el nombre de masonería, ya que en la lengua francesa la palabra maçon significa “albañil”. También suele usarse como sinónimo la palabra Francmaçon que traducido seria “albañil libre”, por esto algunos sociólogos e historiadores utilizan el término francmasón en vez de masón, asumiendo que en la época medieval todos los albañiles eran “masones” pero Francmasones eran solo aquellos que habían sido iniciados en esta orden en particular.
Durante la edad media esta sociedad sufrió un grave declive atribuido a que la época de la construcción de catedrales se fue opacando, y con esta fueron desapareciendo los maestros constructores. Entonces la masonería se vio obligada a aceptar miembros que no pertenecieran a la clase obrera para así evitar su casi inminente extinción.
El interés de algún que otro personaje relacionado a los círculos intelectuales de pertenecer a las logias masónicas sugiere que en estas no solo se manejaba el arte de la construcción, sino también se fomentaban otros aspectos, tal sea como el desarrollo intelectual y espiritual del ser humano

Actualmente, la Masonería del siglo XXI afirma textualmente que su interés no es otro que el de “conseguir la perfección del hombre y su felicidad, despojándole de vicios sociales como el fanatismo, la ignorancia y la superstición, perfeccionando sus costumbres, glorificando la justicia, la verdad y la igualdad, combatiendo la tiranía y los prejuicios, así como estableciendo la ayuda mutua entre sus miembros”. Sin embargo posee fuertes contradicciones, como los enfrentamientos entre diversos tipos de masonería para ver cual es “la verdadera”. O el hecho de que la mayoría de sus logias prohíba expresamente la iniciación de mujeres. La masonería moderna difiere mucho de aquella antigua “alianza obrera” que constituía la Camaradería, ahora sus miembros (en su mayoría políticos) predican la felicidad como meta universal demostrando sin mas solo una desmesurada ambición de poder personal, contradiciéndose cada vez mas. Podría hasta hablarse de una masonería infiel a sus principios más antiguos.


Orden Rosacruz. En el siglo XVII afloró esta orden, supuestamente descendiente de una mas antigua relacionada con el Hermetismo (u Ocultismo). Su nombre hacía referencia a dos de los principales símbolos utilizados desde siempre por diversas organizaciones discretas. Por un lado, la rosa roja, considerara como “la reina entre las flores”, de la misma forma que el iniciado era “un rey entre los hombres” al disponer de unos conocimientos y capacidades (y por lo tanto unas responsabilidades) por encima de lo común. Por otro lado, la cruz, signo solar repleto de simbolismos y utilizado por todas las culturas de la antigüedad, desde el Ankh o cruz ansada egipcia hasta la Tau o cruz en forma de T griega, pasando por la esvástica indoaria o la misma cruz en la que fue clavado Jesús. Según varios expertos en la materia, esta fraternidad existía “desde hace miles de años” con el propósito de salvaguardar “en toda su pureza original” una ciencia “cuyas verdaderas enseñanzas se mantienen secretas y de las que han trascendido al vulgo solamente interpretaciones personales de individuos que han llegado a vislumbrar una pequeña parte del secreto”. La necesidad de ocultar esta enseñanza se debe a que solo se debe confiar en “aquellos seres humanos que presenten cierto grado de evolución”, de la misma forma que los derechos legales y políticos se reservan a los mayores de edad y no pueden ser aplicados por los niños. Un viejo refrán hermetista resume esta idea aseverando que “la carne es para los hombres y la leche para los niños”. Otros autores también señalan que los rosacruces aparecen y desaparecen públicamente en épocas históricas diferentes de acuerdo a ciertos ciclos prefijados y reconoce que “se hicieron especialmente conocidos entre los siglos XV y XVII, ganando fama de magos, sabios y alquimistas”. Luego se desvanecieron de nuevo para seguir trabajando en secreto por el bien de la humanidad, aunque dejaron a algunos de sus representantes para explicar su ciencia “a los que su estado de conciencia los hace acreedores de ser instruidos”. Lo único que ha trascendido sobre la época posterior al siglo XVII es que, de alguna forma, la orden seguía trabajando en silencio de acuerdo con las directrices de un denominado Colegio Invisible, también llamado en ocasiones Los Superiores Desconocidos, compuesto por seres elevados espiritualmente, cuyo único interés radicaba en el crecimiento interior de cada uno de los miembros de la fraternidad, despreciando las pompas y laureles sociales y sin aspiraciones de fama o poder, a no ser con carácter impersonal y temporal, con el único objetivo de ayudar al ser humano. Con el paso del tiempo, diversas organizaciones modernas como la Golden Dawn Order (La Orden de la Aurora Dorada) británica o la AMORC (Antigua y Mística Orden Rosa Cruz) norteamericana han proclamado a gritos ser los “auténticos herederos” de la antigua Orden Rosacruz, pero sus meritos para reclamar semejante privilegio parecen, cuando menos, escuetos. Los verdaderos rosacruces parecen continuar detrás del telón, por el momento. Illuminati. Los Illuminati o “Iluminados de Baviera” fue la secta mas siniestra y enigmática que la Alemania del siglo XVIII supo fecundar. Su fundador fue Adam Weishaupt, catedrático de Derecho Canónico de la Universidad de Ingolstadt, nacido el 7 de febrero de 1748 y de familia judía. Huérfano a los cinco años de edad y adoptado por su abuelo y tutor, el barón Johann Adam Ickstatt. Weishaupt se convirtió al cristianismo e ingresó en el colegio de los jesuitas, donde destacó gracias a su gran memoria y su inteligencia por encima de la media. En la biblioteca de su abuelo comenzó a tomar contacto con los filósofos franceses y empezó a interesarse por la masonería y otras organizaciones similares. Debido a sus actividades heterodoxas fue expulsado de la orden Jesuita, lo cual no causó desgano en su animo. Pronto necesitó un grupo de trabajo que le permitiera profundizar en sus propios anhelos místicos a la vez que aplicaba sus ideas sobre el mundo físico. Una organización parecida a la de los Jesuitas o la masonería, pero que fuera en una dirección muy diferente. Al no encontrar nada parecido, decidió fundarla él mismo. Tras crear un reglamento a medio camino entre ambas sociedades y determinadas corrientes de falso rosacrucianismo. Sus primeros adeptos fueron cuatro alumnos de su propia cátedra, que inicialmente se dedicaron al proselitismo de acuerdo con una norma básica: solo aceptaban la adhesión de personas bien situadas social y/o económicamente. Nadie podía acceder a la orden por deseo propio, sino por consentimiento de sus miembros. “Pocos pero bien situados”, solía repetir Weishaupt, que no deseaba presidir una organización numerosa sino poderosa. Uno de sus logros fue el de su infiltración en la masonería que propicio una adaptación (aunque sutil) de algunos pilares ideológicos masones, asimismo la francmasonería comenzaría a utilizar desde entonces el mismo símbolo que los Illuminati: “El Ojo que Todo lo Ve”. La primera reunión de los “iluminados” se dio la noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1776 al sur de Alemania en un bosque de Baviera. Desde entonces la historia acogería progresivamente a un culto de un ser torturado aunque poderoso: Lucifer, El Lucero del alba, o según los Illuminati: El ángel de la luz.

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