EL CLIMA

domingo, 3 de abril de 2011

AFEITADA HISTORIA

HISTORIA DE LA AFEITADA


No siempre afeitarse fue una tarea sencilla, en sus inicios era bien riesgoso y que requería de otra persona que realizara esta labor ya que hacerlo por sí mismo era bien complicado. Fue entonces cuando proliferaron las barberías, los barberos utilizaban navajas para cortar la barba y bigotes de sus clientes masculinos las cuales afilaban una y otra vez en sus propios locales.

La primera innovación en la afeitada vino de mano los franceses, quienes introdujeron la brocha de afeitar en 1748, hecha de pelo de tejón, esto hizo que la afeitada fuera más agradable ya que con la espuma de jabón se podría suavizar los pelos antes de pasar la afilada navaja.

Pero fue hasta el año de 1901 que King Camp Gillette, introdujo una verdadera revolución. Gillete soñaba con una cuchilla de afeitar desechable, una idea que adquirió de un amigo que vendía tapas de botellas desechables. Sin embargo por aquel entonces, no existía ninguna tecnología para su fabricación.

Fue hasta 1904 que Gillette patentó una maquinilla de afeitar en forma de T (muy parecida a la moderna), que brindaba seguridad al usuario de no cortarse, y cuyas cuchillas se podrían utilizar y desechar una y otra vez.


La parte difícil fue el desarrollo fue hacer las hojas, por aquel entonces el acero fino barato era muy difícil de trabajar y de afilar. Esto retrasó la producción de sus cuchillas. Para aplicar su idea, Gillette fundó el 28 de septiembre de 1901 la empresa “American Safety Razor” que luego cambio de nombre por “Gillette Safety Razor Company”. La producción comenzó en 1903, cuando vendió un total de 51 máquinas de afeitar y 168 hojas. Al año siguiente, vendió 90.884 máquinas de afeitar y cuchillas de 123.648, gracias a sus bajos precios, y a las técnicas de fabricación automatizadas, así como a la publicidad.

Así, desde fines del siglo pasado las hojas de afeitar de acero de Gillete fueron sustituyendo a las antiguas navajas para cortar la barba. King Gillette comenzó a fabricarlas en Estados Unidos y pronto las hojitas se hicieron tan populares, que su nombre pasó a ser sinónimo de una rápida y cómoda afeitada casera.

En 1908, la corporación había establecido fabricas en los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia y Alemania. Sus ventas alcanzaron 450.000 unidades. En 1918, cuando los EE.UU. entraron en la Primera Guerra Mundial, el gobierno de EE.UU. encargó 3,5 millones maquinillas de afeitar y 36 millones de hojas de afeitar para sus soldados.

Más tarde en la década de 1920, aparece la maquinilla de afeitar de seguridad diseñada exclusivamente para mujeres; las mujeres gracias a Gillette fueron convecidas de que el pelo en las axilas era desagradable y muy poco femenino. Cosa que tenemos que agradecer eternamente a Gillette.


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