EL CLIMA

lunes, 14 de marzo de 2011

FRASES POPULARES



FRASES Y SIGNIFICADOS

Cabeza de turco: Es la persona a la que se hace blanco de acusaciones por cualquier motivo. La expresión alude al tiempo de las Cruzadas, en el que los turcos eran víctimas del odio de todos los cristianos, que sentían una especial preferencia por cortar sus cabezas. * Caérsele los anillos: Ser poco afecto a colaborar con los demás, sobre todo en el trabajo físico, eludir la responsabilidad. * Cada loco con su tema: Frase que sirve para explicar el apego que cada uno tiene por su propio parecer, al igual que los locos que, por lo general, disparatan sobre un tema que es su obsesión. Antiguamente, solían terminar la frase con ... y cada lobo por su senda. * Cada maestrito con su librito: Frase usada para justificar la disparidad de criterio en el cumplimiento de un mismo objetivo. En la vida, todos tenemos un método para desarrollar nuestras actividades. * Cada muerte de obispo: Muy esporádicamente, de vez en cuando, en alusión a la longevidad de los prelados, que suelen vivir muchos años y, por otra parte, los obispos no suelen ser jóvenes, de ahí lo de su larga vida. * Caerse del nido: Descubrir una verdad a destiempo; ser ingenuo, como los polluelos que por inexperiencia, suelen caer de lo alto, al desprenderse del nido. Caerse la venda de los ojos: Desengañarse, descubrir la verdad acerca de una persona o situación, sobre todo cuando lo que se descubre es negativo para uno. Caiga quien caiga: Es una de las frases más amenazantes que existen en todas las lenguas. * Calavera no chilla: Significa que la persona que gusta de la diversión exagerada y la vida disipada no debe quejarse de las consecuencias de su forma de vida. "Calavera", en sentido figurado, es el hombre de poco juicio dado al libertinaje. Calumniad, calumniad, que algo quedará: Frase que algunos atribuyen a Voltaire y que el escritor Beaumarchais habría incluido en su obra El Barbero de Sevilla. La expresión sostiene que cuando se insiste en la difamación, con el tiempo se logra instalar la duda en la sociedad. * Cambiar de chaqueta: Algunos adjudican el origen de este curioso dicho al duque de Saboya, Carlos Manuel I, quien solía alternar sus simpatías por Francia y por España usando un jubón (prenda antigua ajustada que cubría desde los hombros hasta la cintura) de color rojo de un lado y blanco del otro. Pero lo cierto es que, con motivo de las guerras de religión promovidas por la Reforma Luterana, se hizo usual que los adversarios de cada bando (papistas y luteranos), para distinguirse de sus oponentes, vistiesen casaca y jubón de aspectos bien diferenciados. Debido a que, por lo general, el forro de estas prendas era de color distinto al de la tela, en determinadas circunstancias los parciales de una y otra facción, ya sea para desorientar al adversario o para hacerse pasar por uno de ellos, daban vuelta la casaca. Esta treta hizo acuñar, con el tiempo, la expresión cambiar la chaqueta que con el transcurso de los años comenzó a ser usada -con sentido análogo- para criticar a quien de acuerdo con las circunstancias cambia repentinamente de opinión o actitud política, en otras palabras, se convierte en un "tránsfuga" (verdadero significado de esta palabra). * Cantar las cuarenta: Desahogarse con alguien, diciéndole lo que piensa, aun cuando moleste al destinatario. El origen es el juego de naipes conocido con el nombre de "tute", en el que se llama las cuarenta al número de puntos del que reúne el caballo y el rey de un mismo palo, lo que motiva que su poseedor esté obligado a "cantarlas". * Cargar con el mochuelo: En los últimos años, se han difundido en la Argentina innumerables cuentos que tienen por protagonistas a integrantes de la colectividad gallega, a quienes se endilga una marcada falta de inteligencia, lo mismo que su poco apego a las costumbres higiénicas, en contraposición con la noticia -ignorada por muchas personas- de que el lenguaje gallego fue el primer romance (lengua derivada del latín) que se habló a la perfección. De todas formas, esos relatos, que por lo general son originarios de estas latitudes, no lo son en cuanto a la originalidad de la idea, ya que el dicho que ahora nos ocupa procede de la propia España. Cuentan que dos jóvenes -uno andaluz y otro gallego- entraron cierta vez a una posada y pidieron al dueño del lugar algo para cenar. Como el mesonero les dijo que sólo disponía de una perdiz y un mochuelo (especie de ave rapaz nocturna de carne muy dura y poco sabrosa), el andaluz -que llevaba la voz cantante- se apresuró a decir que los trajese y que ellos se encargarían de distribuir equitativamente las presas. Una vez frente a las aves cocinadas, el andaluz dijo al gallego: -Elige, hermano, puesto que la cosa es clara: o tú te comes el mochuelo y yo la perdiz o yo me como la perdiz y tú te cargas el mochuelo. Abrumado por tan "original" alternativa, el ingenuo gallego se tuvo que comer el mochuelo mientras el avivado andaluz daba cuenta de la sabrosa perdiz. Desde entonces, el dicho se usa para calificar todo asunto o trabajo enojoso y difícil que recae sobre alguien en contra de su voluntad, sobre todo si éste ha sido engañado. * Cargar con el muerto: Según las leyes medievales, cuando en la jurisdicción de una localidad era hallado el cuerpo de alguna persona muerta en circunstancias extrañas, si no era posible determinar la identidad del homicida, el pueblo donde había sido encontrado el cuerpo estaba obligado a pagar una multa llamada homicidium u omecillo. A causa de esto, y con el fin de eludir el pago de la multa, cuando se hallaba un muerto en las calles, los habitantes del pueblo en cuestión se apresuraban y, de común acuerdo, levantaban el cuerpo y lo trasladaban a alguna localidad vecina, de manera que la responsabilidad del crimen recayera sobre ésta y, en consecuencia, fuera ella la que debiera hacerse responsable de pagar la multa correspondiente. Con el tiempo, el dicho comenzó a aplicarse -en sentido figurado- como equivalente de la pretensión de descargar sobre otro la culpa por algún delito o falta cometida. En la actualidad, el dicho cargar con el muerto conserva el mismo valor, aunque suele aplicárselo, preferentemente, para referir a la responsabilidad que le cabe a alguien en el pago de alguna deuda, sobre todo cuando se trata de cuentas impagas o difíciles de saldar, como cuando solemos decir -luego de una reunión de numerosos comensales-: "Y ahora... ¿quién levanta este muerto? * Caro como aceite de Aparicio: Todo aquello cuyo coste es muy subido de precio o abusivo se dice que es caro como aceite de Aparicio. El aceite de Aparicio es una preparación medicinal para curar las llagas y heridas inventada en el siglo XVI por Aparicio de Zubia. El alto precio de esta pócima no se correlacionaba con el coste real ni la dificultad para hallar sus ingredientes: aceite de oliva, hipérico, romero, lombrices de tierra, trementina y resina de enebro, incienso y almáciga en polvo. Quizás la fórmula permaneció en secreto y fue explotada en exclusiva por el inventor de este aceite curativo. * ¡Chocolate por la noticia!: Frase irónica con la que se pretende descalificar a quien afirma algo que ya todos conocen, ya sea porque es un hecho consabido o bien, porque llegó tarde con la noticia.

1 comentario:

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