EL CLIMA

jueves, 27 de enero de 2011

SIBILA




La sibila es un personaje de la mitología griega y romana, también presente en las tradiciones cristianas y en el judaísmo de los siglos I a. C. a I d. C. Se trata de una profetisa, inspirada en ocasiones por Apolo,[1] capaz de conocer el futuro.
Según algunas tradiciones, hubo una joven hija del troyano
Dárdano y de Neso[2] (hija del gobernador Teucro) que estaba dotada del don de la profecía y tenía una gran reputación como adivina. Esta joven se llamaba Sibila y por eso desde entonces vienen llamándose así a todas las mujeres que ejercieron esa capacidad de profetizar.
Otras tradiciones afirman que su padre fue
Zeus, fruto de su relación con una hija de Poseidón llamada Lamia, por lo que su don es de origen divino. También hay tradiciones que citan a Herófila como hija de Zeus.[3]
Las sibilas tenían su vivienda en las grutas o cerca de corrientes de agua.[4] Las profecías eran manifestadas siempre en estado de trance y expresadas en hexámetros griegos[5] que se transmitían por escrito.

La más importante de todas en la mitología romana era la sibila cumana.
El primer autor griego del que tengamos referencias, que hable de la sibila es
Heráclito (Siglo V a. C.), que habla de una sibila.[7] Igualmente Platón habla de sólo una sibila.[8] Con el tiempo el número se incrementa a tres, diez o hasta doce. En todos los casos, más que por su nombre, que no poseían, se conocían por el gentilicio del paraje donde moraban.[9]
De forma majestuosa, Miguel Ángel pintó en la Bóveda de la Capilla Sixtina, intercaladas con cinco profetas, las cinco sibilas[10] más representativas en su época, que son:
Sibila eritrea[11]
Sibila pérsica[12]
Sibila líbica[13]
Sibila cumana[14]
Sibila délfica[15]

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