EL CLIMA

viernes, 21 de enero de 2011

RELIGION EL GRIAL




El Santo Grial es el plato o copa usado por Jesucristo en la Última Cena. La relación entre el Grial, el Cáliz y José de Arimatea procede de la obra de Robert de Boron Joseph d'Arimathie, publicada en el siglo XII. Según este relato, Jesús, ya resucitado, se aparece a José para entregarle el Grial y ordenarle que lo lleve a la isla de Britania. Siguiendo esta tradición, autores posteriores cuentan que el mismo José usó el cáliz para recoger la sangre de Cristo y que, más tarde en Britania, estableció una dinastía de guardianes para mantenerlo a salvo y escondido. La búsqueda del Santo Grial es un importante elemento en las historias relacionadas con el Rey Arturo (el Ciclo Artúrico o Materia de Bretaña) donde se combinan la tradición cristiana con antiguos mitos celtas referidos a un caldero divino.
Otras leyendas acerca del Grial se entrecruzan con las relativas a las distintas
copas antiguas que se consideran el Santo Cáliz.

La palabra grial —pronunciada graal en inglés medio— parece ser una adaptación francesa del término latino gradalis que implica la idea de un plato, escudilla o bandeja con viandas que es llevado a la mesa en diferentes momentos (gradus) de una comida. Al respecto dice Helinand de Froidmont en su Chronicon (siglo XIII):[1] «... un plato ancho y algo profundo en que habitualmente se colocan las carnes caras para el rico... normalmente se denomina grial».
En algunos textos de la Baja Edad Media aparece trascrito como «San Gréal»
[2] [3] lo que ha dado lugar a teorías esotéricas según las cuales el nombre derivaría de una supuesta forma «Sang Réal», es decir, «sangre real». Esta hipótesis se desarrolla en el libro de Michael Baigent y Richard Leigh: El enigma sagrado (Holy Blood, Holy Grail, en inglés) que fue utilizado por Dan Brown para su novela El Código Da Vinci.

Autores ligados al esoterismo o investigadores aficionados consideran a diversas reliquias y copas antiguas como el Santo Grial:
El
Cáliz de Antioquía de la Colección Cloisters del Metropolitan Museum de Nueva York, descubierto en Siria a principios del siglo XX. Investigaciones de finales del siglo XX sostienen, sin embargo, que la copa de Antioquía sería una falsificación contemporánea a su hallazgo.[6]
El
Sacro Catino de Génova, que fue llevado tras la Primera Cruzada a Italia. Es un plato hexagonal verde que se creía de esmeralda, aunque es un cristal verde egipcio. Los genoveses, en realidad, nunca han sostenido que se trate del Santo Grial, sino de una pieza de la vajilla usada durante la Santa Cena.
Vaso de Nanteos es un cuenco medieval de madera, procedente de la Mansión Nanteos, en Gales. Según la tradición de la familia Powell, propietaria de la reliquia, procede de la abadía de Glastonbury. Sin embargo, los que la examinaron llegaron a la conclusión de que se trata de un objeto del siglo XIV.
El
Cáliz de Ardagh encontrado en Irlanda; se halla en el museo nacional de Dublín. Se trata de una pieza de orfebrería irlandesa fechada en el siglo VIII y nunca fue identificado con el Grial de la leyenda.
La
Copa de Hawkstone Park, propiedad de Victoria Palmer. La reivindicación de esta pieza ha sido hecha por Graham Phillips, quien sostiene que la pieza fue llevada a Inglaterra tras ser saqueada Roma por los visigodos. La copa no mide más de seis centímetros, está hecha de una piedra semipreciosa —ónice verde— y, según el propio Philips, es muy posible que date de la época romana.[7]
Achatschale: el Cuenco de Ágata que se encuentra en el tesoro de los Habsburgo en Viena. Se trata de un cuenco del siglo IV procedente de Constantinopla o Tréveris y que lleva una inscripción que puede leerse como B.XRISTO.RI.XXPP, supuesta referencia a Cristo, o bien como ARISTO, que podría ser el nombre del grabador. Es parte de las reliquias imperiales del desaparecido Sacro Imperio Romano Germánico; entre las cuales también figura la Lanza de Longinos.

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