EL CLIMA

lunes, 10 de enero de 2011

AZIMO, UNA TRADICION JUDIA.




El Pueblo judío, después de la Diáspora, erró y se expandió por todos los rincones del entonces mundo conocido, desde España hasta los confines de China, luego, al Nuevo Mundo. Convertido en un Pueblo itinerante, no siempre por deseo propio, sí por causa ideológica y política de los gobernantes que administraban su cobijo, adquirían siempre las costumbres y los estilos de la región en donde se asentaban, a veces, pacíficamente y armoniosamente, durante milenios. Nace así, una cocina judía con platos de origen ruso, polaco, alemán, español, italiano, hindú, griego, etc. Los platos que la componen, son simples, pero laboriosos, generalmente muy económicos, basándose en papas, cebolla, pescado, grasa de ave. Un Pueblo con un permanente destino incierto, invertía más en el “ahorro” que en la comida... el ahorro podría significar el seguro a una nueva esperanza, a veces a la vida.
Pero, no se confunda Usted que no tiene raíces judías... lo pobre no significa insipidez, lo austero no significa falta de elegancia, lo económico no significa falta de alegría. La comida judía es el milagro de lo poco, de lo pobre, de lo austero, del amor, paciencia, sabor, disfrute, aprecio, religiosidad, solemnidad, esperanza, alegría..., canto a la vida. Una mesa de cualquiera festividad judía, es la representación de una larga preparación: manteles bordados por manos hábiles con finos diseños, orfebrería de la más preciada y a veces heredada por múltiples generaciones, platos multicolores de comida que no se sabe si se comen o son de adorno: todo tiene su significado religioso y un llamado a la paz y la concordia.


Los ingredientes
1/2 Kilo de harina integral, 1 vaso y medio de agua templada, aceite de oliva y 2 cucharaditas de sal.
La preparación del pan ácimo
En un cuenco ponemos la harina y le damos forma de volcán.
En el cráter echamos el agua templada y 2 cucharadas de aceite.
Amasamos durante unos 15 minutos, poniendo si hace falta sobre el mármol con un poco de harina espolvoreada por encima. Formamos una bola y dejamos reposar envuelto en con un paño durante al menos una hora.
Precalentamos el horno a 220º.


Después del reposo separamos porciones y las aplastamos en el mármol con un rodillo formando láminas de medio centímetro de espesor aproximadamente.
Colocamos las láminas en la bandeja de horno espolvoreada con harina y las pintamos con aceite de oliva.
Cocemos durante 15 o 20 minutos.
Tiempo de preparación 30 minutosTiempo de reposo 60 minutosTiempo de cocción 20 minutos.
La degustación
Es un pan ideal para comer casi como una tostada con algo salado por encima.
El tiempo de cocción puede variar según el tipo de horno y el grosor de la lámina de masa, así que debemos vigilar para que no se quede demasiado seco.


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