EL CLIMA

domingo, 21 de noviembre de 2010

RECORDAMOS A DOÑA FLOR


Cuando se habla de realismo mágico, casi siempre pensamos en la narrativa que se hace en los países americanos de habla hispana. En cambio, raramente, reflexionamos sobre un hecho tan lógico como que -si en esas naciones se cultiva tal forma de novela- también en Brasil se encontrarán muestras de él, aunque sólo sea por proximidad geográfica.

Jorge Amado

Jorge Amado

Y, en efecto, así es. En Brasil se ha dado el realismo mágico de forma tan importante como entre sus vecinos, con la valorable cualidad añadida de que el erotismo consustancial al carácter carioca recorre estas narraciones de principio a fin.

Probablemente, el mejor exponente de todo ello sea Jorge Amado (Bahía, 1912-2001), uno de los más grandes escritores brasileños del siglo XX. Este periodista y narrador ejerció a lo largo de su vida una importante actividad política, a causa de la cual vivió varios exilios, primero en Argentina y Uruguay y luego en Francia –de donde también seria expulsado-, y hoy es uno de los escritores más venerados de su país.

Ahora, Alianza Editorial publica una de sus novelas más conocidas, Doña Flora y sus dos maridos, que cuenta, con gran sentido del humor, la evolución de una mujer desde un cierto pudor hasta el placer sexual abierto.


Doña Flora, directora de una prestigiosa escuela de cocina de Bahía, se ha casado dos veces. La primera con Vadinho, un juerguista impenitente, conocido en todos los bares y burdeles de la ciudad y excepcional e insaciable amante. Cuando muere, a causa de sus excesos, su esposa vuelve a casarse.

Pero Teodoro, su segundo marido, es todo lo contrario. Se trata de un farmacéutico cuarentón, rígido y pudoroso, que lleva una vida impecable. Pero, al año de esta segunda boda y para susto de doña Flora, el travieso espíritu del encantador Vadinho reaparece con la misma fogosidad sexual de antaño.

Sede de la Fundación Jorge Amado, en Bahía

Sede de la Fundación Jorge Amado, en Bahía

La dama se verá ante la disyuntiva de elegir entre rechazar los impetuosos apetitos de su primer marido y mantenerse fiel al segundo o aceptarlos ya que, al fin y al cabo, él también es su esposo. Así, optará por la segunda opción que le proporciona la formalidad de Teodoro y el goce de Vadinho.

En la novela hay otro rasgo muy destacable y siempre presente en la obra de Amado: las artes culinarias y el goce para los sentidos que ellas suponen, siempre en estrecha relación con el erotismo y la mitología local. En suma, una hermosa novela costumbrista pero cargada de ironía, lirismo, algo de sátira social y un verdadero derroche de sensualidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario