EL CLIMA

martes, 5 de octubre de 2010

MAGNETO TERAPIA

























MAGNETO TERAPIA

La terapia magnética, magnetoterapia, magnoterapia o imanoterapia es una práctica de la medicina alternativa que implica el uso de campos magnéticos estáticos o permanentes sobre el cuerpo. Algunas personas refieren haber respondido favorablemente al tratamiento de algunos casos de dolor causado por inflamación al someterse un corto periodo de tiempo a campos magnéticos producidos por imanes permanentes.

La terapia magnética ha sido tema de debate por su inverosimilitud y por que los resultados suelen variar de persona a persona. Algunos refieren sus efectos terapéuticos al efecto placebo, pero otros experimentos que se pueden realizar de forma casera revelan que si se coloca un magneto de neodimio en un hematoma reciente, es posible evaluar a simple vista la diferencia en la sanación del tejido entre la zona en contacto directo con el imán de neodimio y la zona que estuvo alejada del campo magnético.

Algunos hospitales alrededor del mundo utilizan la magnetoterapia como analgésico local antes de calificar como "inevitable" una operación. Los usos más referidos de la magnetoterapia son el dolor causado por inflamación como dolor de cabeza, espalda, muscular, cólicos, gastritis, colitis, "ciática", dolor de rodilla y dolor de pies. También se refiere el uso de la terapia a otro tipo de padecimientos como artritis y fibromialgia.


Se cree que así como Aristóteles, Galeno también ocupaba rocas magnéticas para curarse. Algunos dibujos y descripciones sugieren que Cleopatra utilizaba imanes en el entrecejo para mantener su juventud. Restos arqueológicos son evidencia del uso de magnetos por parte de los olmecas que "posiblemente los ocupaban como adornos en el cuerpo o para lograr la restauración de la salud". Otros hallazgos indican que los médicos orientales utilizaban magnetos en combinación con el calor y la acupuntura para tratar desequilibrios de la salud desde el año 2000 A.C

Los vedas mencionan utilizar rocas magnéticas para tratar la enfermedad y los médicos europeos medievales reportan el uso de magnetos para tratar gota, curar artritis y depresión.

Paracelsus, el famoso físico nacido en 1493 en Suiza, utilizó magnetos para tratar muchas formas de enfermedad incluyendo epilepsia, diarrea y hemorragia.

La magnetoterapia refiere experimentos donde se acelera la regeneración de tejidos con imanes de intensidad variable (1-25000gauss) por lo que es frecuente su recomendación en el tratamiento de lesiones.

El principal apoyo de su efectividad está en forma de testimonios, anécdotas y casos particulares, que se pueden atribuir al efecto placebo.[1] [2] Hay evidencia científica que apoya a la magnetoterapia: [3] con dos grupos donde se encontró una pequeña disminución en el dolor causado por la osteoartritis en el grupo que llevaba pulseras magnéticas. Sin embargo los propios autores advierten que no está claro si este efecto es específico del imán o inespecífico (causado por el efecto placebo) ya que es imposible ocultar a los pacientes si llevan un imán real o no.[4]

En 1976, el ganador del Premio Nobel de Química, Linus Pauling, dedujo un método para estudiar los enlaces de la oxihemoglobina, proteína de la sangre que transporta el oxígeno. A través de un sencillo experimento [5] , comprobó que esta molécula es diamagnética, por tanto es repelida por los campos magnéticos de la misma forma que el resto de la sangre y de los tejidos. Por otro lado, la deoxihemoglobina, la misma proteína cuando no está transportando oxigeno, es paramagnética, por lo tanto es atraída débilmente por campos magnéticos, pero los imanes utilizados en la terapia magnética deben ser adecuados para tener un efecto apreciable sobre el flujo sanguíneo (por ejemplo utilizar imanes de neodimio en vez de imanes de ferrita o cerámicos)[6]

Algunos científicos como el Dr. C.A. Bassett, director de los Orthopedic Research Laboratories-College of Physicians and Surgeons de la Universidad de Columbia (Nueva York), defienden la magnetoterapia. Bassett cree que es útil en fracturas que no cicatrizan, artrodesis fallida y pseudoartrosis congénita. Asimismo, Thomas C. Skalak, profesor de ingeniería biomédica de la Universidad de Virginia [7] ha realizado estudios que, en su opinión, indican que los imanes reducen la inflamación en heridas y aumenta la microcirculación sanguinea.[8

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