EL CLIMA

sábado, 16 de octubre de 2010

LA NUEVA CARAVANA











LA NUEVA CARAVANA
A veces un toque de finura en el trato, no esta de mas, no todos somos iguales y
algunos, necesitan un poco mas de buena mano que otros, el saber comprender y a
veces hasta aceptar errores ajenos, nos hace inteligentes si tenemos la capacidad de observar a traves de ellos, las cosas que nosotros no debemos hacer, y al mismo tiempo con nuestro trato correcto, les demos ejemplo, se pues equilibrado en el trato, y ejerce la autoridad de aquel que comprende. Bendito sabado. LC.

Finura en el trato

La delicadeza en el trato es una de las cosas más agradables de la convivencia en una familia o en un grupo de amigos. Se trata de apreciar a los demás, sin miedo a querer, pero sin familiaridades.
Se trata de un “esfuerzo”, porque de modo espontáneo no suele brotar ese trato delicado, que es fruto de la propia exigencia. Contra el trato fino va la brusquedad, ese modo áspero y desapacible de comportarse que nada tiene que ver con la fortaleza en el trato.
La delicadeza ha de ser universal y extremada, pero sin empalagos ni exageraciones, sin blandura excesiva. Es molesto que una persona que no es de la familia nos diga, por ejemplo, “Reina”. La delicadeza es mesura y templanza, es equilibrio; es atención sin servilismo. La delicadeza no siempre es actuar; a veces es pasiva, por ejemplo, cuando uno procura no darse por enterado ante una situación embarazante que puede producir confusión: por ejemplo, que alguien se moleste públicamente porque se manifieste una opinión, o que se meta la pata en la urbanidad en la mesa, etc.
La delicadeza se refleja en detalles: en saber escuchar con atención, saber dar las gracias, el modo de tratar las cosas, los muebles, las puertas; el caminar sin estrépito; el no elevar destempladamente la voz; la corrección en el aseo, la pulcritud, la sonrisa. No tenemos la culpa de la cara que tenemos sino de la que ponemos. Todo esto lleva frutos de unidad, de paz y de alegría de vivir en familia.
Tenemos que elevar la amabilidad a nuestro alrededor, de allí la importancia de las virtudes de la convivencia: gratitud, afabilidad, cortesía, buen humor..., que son manifestaciones de la caridad. Todos sabemos hasta qué punto se hace difícil, y aun borrascosa, la convivencia cuando faltan esas virtudes. La última raíz y el fin de todas las virtudes es la caridad, y la práctica de esas virtudes se resume en una expresión: delicadeza extrema.

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