DIETAS RARAS
En un verano de bañadores breves y leves vestidos de inexistentes tirantes, muchas mujeres piensan en un único número. Y no es el número de pañales que tienen que llevarse a la casita de la costa, ni su saldo del banco. Esta temporada, la mayor parte de las mujeres estará obsesionada con su peso. Y por lo visto, están dispuestas a probar cualquier cosa para perder kilos.
Las tendencias de los regímenes de este año han pasado de lo comercial a lo sencillamente hilarante. Por ejemplo, la estrella del reality show de la MTV, The Jersey Shore, Nicole "Snooki" Polizzi, se ha abonado a la denominada "dieta de las galletitas" para perder peso. El programa permite que los que lo siguen coman solo seis galletitas y una cena saludable durante todo el tiempo que necesiten para alcanzar su peso ideal.
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En los últimos meses, algunas celebrities se han enchufado a la nueva "dieta de los potitos", con la que comen varias raciones de pringosos purés de verduras cada día. Las empresas de comida rápida también están intentando sacar sus propios trucos dietéticos. Taco Bell, aunque insiste en que no se trata de un programa para perder peso, ha presentado su menú "dieta del drive-thru", anunciando que una mujer perdió unos 25 kg con este plan de comidas.
"Cada vez que llega una nueva dieta al mercado, la gente quiere probarla -afirma el doctor David Edelson, fundador y director médico del centro para la pérdida de peso HealthBridge-. Es el método americano de hacer las cosas: queremos resultados rápidos. Queremos todo ya. Y queremos que sea fácil."
Según el U.S. Center for Disease Control (centro para el control de enfermedades en Estados Unidos), los estadounidenses se gastan miles de millones de dólares en productos y programas para perder peso, y las mujeres son las que más hacen dieta. El CDC afirma que entre las personas que podrían hacer dieta, hay el doble de mujeres que de hombres y que cualquier día, tomado al azar, hay un 45% de mujeres a dieta. Por su parte, Mary Gocke, dietista certificada del Continuum Center for Health and Healing de Nueva York, calcula que entre las personas que podrían llevar su dieta a extremos, la mayoría son las mujeres, en una proporción de 10 a 1. Las dietas extremas suponen un recorte drástico de la ingesta de calorías y planes experimentales que podrían resultar peligrosos.
Gocke explica que las mujeres están sometidas a una presión social mucho mayor para mantener la línea y que a menudo se valen de eventos sociales, como bodas o reuniones de antiguos alumnos, para fijarse una meta. Esto contribuye a que intenten buscar soluciones rápidas. También tienen tendencia a pensar que el ideal de físico es el de las actrices y modelos grosor "espagueti" de las portadas de las revistas femeninas, afirma Gocke, que añade: "y todas están retocadas".
A pesar de que los profesionales de la salud están de acuerdo en que las dietas rápidas no suelen funcionar (la persona pierde peso a corto plazo, pero luego lo recupera, incluso con algún kilo de más en cuanto deja de hacer dieta), lo cierto es que siguen apareciendo como champiñones en otoño y cada vez son más peculiares y extravagantes.
El doctor en dietas y creador de la dieta de las galletitas, Sanford Siegal, titulado en medicina y osteopatía, afirma que algunas de las dietas más extrañas se encuentran en los libros de historia.
¿Nunca ha soñado meterse en la bañera y "lavarse" esos kilos de grasa en un sola ducha? Siegal cuenta que en el siglo XVIII, el médico Malcolm Flemyng sugirió que los pacientes intentaran hacer algo parecido, comiendo jabón. Más adelante, a principios del siglo XX, Horace Fletcher sugirió a los que quisieran perder peso que "Fletcherizaran" (licuaran) la comida masticando 100 veces por minuto y escupiendo cualquier resto sólido que quedara en la boca. Y comenta Siegal, con un gesto de repugnancia: "¿Se imagina una cena con estos señores?".
Por esa época, muchas personas desesperadas por perder peso empezaron a practicar el desagradable hábito de ingerir tenias. Creían que los parásitos se adherirían a las paredes del estómago y consumirían parte de las calorías que comieran. Lo cierto es que estos gusanos ocasionan problemas digestivos muy desagradables y se pueden reproducir en nuestro cuerpo. "Es altamente peligroso", afirma Siegal.
Ya en el decenio de 1970, el doctor Robert Linn comenzó a prescribir un programa denominado "la dieta de la última oportunidad". Con este programa, las personas solo ingerían un elixir líquido denominado Prolinn, varias veces al día. La mezcla consistía en pieles de animales predigeridas, restos de mataderos y tendones de los animales, combinados con edulcorantes y sabores artificiales. La FDA intervino cuando fallecieron varias personas que estaban siguiendo la dieta.
"Algunas de estas dietas milagro son extremas -afirma Mary Gocke-. Las personas llegan a ese punto porque sienten mucha ansiedad por perder peso, pero lo que deberían hacer es acudir a un buen nutricionista para no hacer nada que les pueda perjudicar."
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