PEDOFILIA
Desde un punto de vista médico, la paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en que la excitación o el placer sexual se obtienen, principalmente, a través de actividades o fantasías sexuales con niños de, generalmente, entre 8 y 12 años.[1] A la persona que padece pedofilia se le denomina pedófilo, un individuo de, al menos, 16 años que se entretiene sexualmente con menores de 13 y respecto de los que mantiene una diferencia de edad de, por lo menos, cinco años.[2]
La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia, de control de las pulsiones, etc. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia, una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.
Por lo demás, en determinados casos en que la relación entre el pedófilo y el menor se prolonga en el tiempo, puede haber por parte del adulto un enamoramiento real con esa persona a la que él considera como su joven pareja, sobre todo cuando esta se halla en la edad de paso entre la infancia y la pubertad.[3]
Existen, a este respecto, diversas asociaciones de pedófilos que reivindican la pedofilia como una forma más de vivir la sexualidad humana y que, en consecuencia, debe ser aceptada con naturalidad por parte de la sociedad.[cita requerida]
Las conductas pedófilas son muy heterogéneas, desde casos inofensivos o casi inofensivos, hasta aquellos en que alcanzan niveles que entran dentro de lo criminal. A la actividad sexual de un pedófilo con un menor de 13 años se lo conoce con el nombre de abuso sexual infantil o pederastia (palabra que, etimológicamente, significa lo mismo que pedofilia).[4] Cuando se trata de una persona mayor de 13 pero menor de una determinada edad (que varía de entre 15 y 21 años según el país), sin su consentimiento se lo conoce con el nombre de estupro.[5] La diferencia entre el "abuso sexual infantil" o "pederastia" respecto del "estupro" radica en que, en este último existe la posibilidad de consentir la relación, en cambio en las primeras no hay consentimiento posible. A este tipo de pedófilo es al que se le suele conocer con el nombre de abusador sexual o pederasta.[6] Con todo, en ocasiones, el término «pedofilia» se utiliza como sinónimo de «abuso sexual a menores» o «pederastia», tanto en la bibliografía especializada,[7] como en los medios de comunicación.[
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