GOULASH GULASH
Les cuento que este es un plato de origen austro–húngaro que solían comer los campesinos. Se prepara con cortes de carne de segunda (algunos son: roast beef, osobuco y tortuguita), estos suelen ser duros y la mejor manera de ablandarlos es con cocciones largas y húmedas (los vegetales ácidos como la cebolla también ayudan). Lleva tiempo pero el resultado es una carne que se corta con tenedor y su sabor queda concentrado, exquisito.
Primero hay que cortar la carne tamaño bocado. Luego en 1 cacerola al fuego, con 1 chorro de aceite: salás los trozos de carne y los echás para que se sellen por sus lados. Cuando tomaron color, le agregás cebolla picada y pimiento rojo cortadito y los dejás que suden unos 5-10 minutos. Las cantidades son: por cada kilo de carne: ½ kg de cebolla y 1/3 kg de pimiento rojo.
Después le podés agregar 1 vasito de vino blanco o tinto y dejás que se evapore. Luego algunas hierbas aromáticas picadas como tomillo o romero, y páprika (éste es un típico pimiento húngaro que le da su color rojo tan característico al goulash). Acá usamos ají picante o dulce, según se prefiera.
Como la carne va a estar cocinándose alrededor de 2 horas a fuego suave, en 1 cacerola tapada, hay que mantener el medio húmedo, para lo cual podés utilizar caldo de verdura o de carne y si no, agua.
Este plato conviene hacerlo para muchos (mínimo con 1 kilo y medio de carne) ya sea para compartir o para frizar en porciones. Va muy bien con arroz, con fideos o con spaetzles (que es la típica guarnición que se sirve en Hungría).
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