EL PARAGUAS
HISTORIA DEL PARAGUAS
Parece que el quitasol tubo su origen en los tiempos primitivos, y que ya los usaban los chinos en el siglo XI a de J.C; también los usaban los Asirios 600 años a.de J.C.- En los bajorrelieves de Ninivé, en los frescos de las tumbas y en los palacios de Tebas y Menfis, en los vasos pintados de Etrulia y de Grecia, vemos una especie de paraguas o quitasoles que eran de hojas de árboles, pieles, cañas o telas. También diferían sus tamaños, pues fueron bastante grandes en China y muy pequeños en Asiría y Babilonia. Adaptado por los europeos, el quitasol se convirtió en paraguas, y si bien hubo una época en que las damas elegantes lucieron hermosas sombrillas de encaje, seda y puntillas. En la actualidad han caído en desuso entre los pueblos occidentales, al contrario de la sombrilla el paraguas fue necesariamente negro durante muchísimo tiempo. Hoy se fabrican de diversos colores o combinaciones de los mismos, presentado también varias formas y tamaños. Actualmente el paraguas no es más que un objeto útil, lo cual no significa que debe ser antiestético o que no deba seguir la moda. En Etiopía y en Marruecos, los soberanos ejercieron siempre sus funciones bajo un quitasol y estoy seguro que procede de oriente la costumbre veneciana de adoptar la sombrilla como símbolo del poder del DUX. Sin duda los chinos y los japoneses fueron los primeros en considerar el “dosel portátil” como un instrumento útil. El uso del quitasol se mantuvo en Italia aún después de la caída del Imperio Romano.
Durante el renacimiento el paraguas se puso nuevamente de moda. Después del siglo XVI, los jesuitas introdujeron el uso de la seda en la fabricación de esos accesorios. París se encargó de refinar paulatinamente la forma de las sombrillas, introduciendo sutiles y oportunas variantes. Las damas elegantes de esa ciudad, centro de la moda, decidieron que no debía emplease indistintamente el mismo accesorio para protegerse de la lluvia y de los rayos del sol. La seda más fina y el encaje más vaporoso se empleaban para embellecer lujosas sombrillas que durante el reinado de Luis XIV cubrían las elegantes cabezas de las damas de las cortes.
Los hombres lo adoptaron recién el en siglo XVIII como paraguas dispuestos a abrirlo con la lluvia. Hoy el paraguas no está tan de moda, en parte lo reemplazó el impermeable, que tanto lo usan los hombres como las mujeres. En la calle ya no se ve el espectáculo que también describió un escritor del ayer: ....con la caída imprevista de un chaparrón, florecen hongos que tienen un hombre por pedúnculo (rabillo de la hoja, de la flor o del fruto).
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