COSAS DEL ESPIRITU
Algunas son producidas por azotes o golpes, bofetadas que dejan como consecuencia traumas, es decir, una lesión en el cuerpo físico.
De igual manera, se suceden las heridas en las emociones porque lo que afecta, tu cuerpo físico, repercute en tus emociones y lo que está en tus emociones se manifiesta en tu cuerpo físico; por eso encontramos que muchas personas están enfermas físicamente como resultado de las heridas en el alma.
Herida en griego es “apokteino” término que significa en casi todos los pasajes del Nuevo Testamento, matar.
Nuestro cuerpo, los órganos, tejidos y células, tienen una parte interna y otra externa. Tu ojo derecho tiene una parte interna y externa. La sanidad interior tiene que ver con la totalidad del ser, espíritu, alma y cuerpo.
Una herida es una magulladura o abertura hecha en un tejido, en la piel o en un órgano. Estas pueden ser profundas o superficiales. Algunas son producidas por azotes o golpes, bofetadas que dejan como consecuencia traumas, es decir, una lesión en el cuerpo físico. De igual manera, se suceden las heridas en las emociones porque lo que afecta, tu cuerpo físico, repercute en tus emociones y lo que está en tus emociones se manifiesta en tu cuerpo físico; por eso encontramos que muchas personas están enfermas físicamente como resultado de las heridas en el alma.
El Señor Jesucristo vino a sanarnos, a libertarnos, la Palabra nos habla de ello: Isaías 61:1-4; Lucas 4:18; Envió su Palabra y los sanó, los libró de su ruina”, Salmos 107:20.
Una herida emocional es el resultado de una ofensa, de un agravio que aflige y atormenta el alma. Cuando el espíritu está herido, se queja, habla, grita, él saca el dolor.
El alma guarda el dolor, no se queja, se calla, deja dentro, ese dolor se manifiesta en el cuerpo físico en forma de enfermedad, agresividad y de muchas maneras. El dolor en el alma puede empujar hacia adentro y afecta el espíritu o hacia fuera y afecta el cuerpo.
Es importante que te des cuenta que el enemigo ataca tus emociones y desde ahí; afecta tu cuerpo causando enfermedades. Hay estudios que demuestran que por lo menos, el noventa por ciento de las enfermedades físicas, tienen sus raíces en las emociones que están dañadas, heridas por el dolor, ataduras, esclavitudes, el rencor y el sufrimiento. Si nuestras emociones estuvieran sanas y libres, nuestro cuerpo no estaría enfermo.
Tu, que lees este libro, en este momento; yo no sé, cuáles sean las circunstancias de tu vida; no conozco, si estás viviendo en opresión, ignoro si estás herido, si has llorado en silencio; no sé si estás atado al dolor; no puedo imaginar cómo te encuentras en éste instante en el que el Señor, está ministrando vida, amor y paz a través de la lectura.
Tal vez, muchos acontecimientos estén bien; es probable que tengas un hogar feliz, posiblemente tienes mucho dinero, te encuentras en una situación estable; estás rodeado de gente que te ama. Pero ¿cómo están tus emociones?, si están heridas, andas triste, deprimido, si tu alma está controlada por un conflicto interno, por circunstancias adversas, no eres feliz, aunque te rías. ¡Cristo te ama y ha estado esperando por ti! ¡El Espíritu de Dios te anhela y desea seducirte y saturarte con Su presencia!
Una llaga puede ser una dolencia del alma, que primero fue una herida, Lucas 16:20-21 “Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas”. Algunas heridas del alma, son como llagas que no curan. El Señor Jesucristo sufrió muchas heridas, en Su alma y en Su cuerpo. “Y Pilatos, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. 17 Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, 19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. 20 Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura y le pusieron sus propios vestidos y le sacaron para crucificarle”Marcos 15:15,17,19,20.
Dice la Palabra que por las llagas de Cristo hemos sido curados. “Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados”, Isaías 53:5.
El mayor problema de la humanidad hoy es la aflicción del alma. Los consultorios de los psiquiatras están llenos de personas con el alma afligida; unos le llaman depresión, otros, opresión, suicidio, locura... El cuerpo está enfermo; porque el alma esta herida.
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