EL CLIMA

jueves, 8 de abril de 2010

COSA DE LOCOS

















¿DONDE LO HACES?

Hasta las más tímidas han tenido sus aventuras llenas de adrenalina y pasión. Entonces ¿por qué no tocar el tema con mis amigos de la blogósfera? He participado en muchas reuniones con amigas y aquí les cuento algunos secretillos de ellas y de amigas de ellas... Obviamente, he cambiado los nombres...

Victoria, 34 años "Veníamos saliendo de un recital de Ricardo Arjona, bastante exitados. Eramos estudiantes universitarios, así que plata para un motel no teníamos. Solución: simple, con tanta pasión contenida, nada mejor que entrar al auto y olvidarnos del mundo. Hicimos el amor de todas las formas posibles... "

Catalina, 32 años “Me encanta hacerlo en la playa. Pese a que siempre hay mucho cuidado policial, es muy emocionante tratar de hacerlo sin que te pillen. Una vez nos fuimos con mi pareja a plena playa y comenzamos a revolcarnos en la arena. Yo andaba con falda, así que fue más fácil hacerlo. Lo malo es que al principio tienes cuidado con la arena, pero luego, cuando estás en pleno evento, te olvidas y terminas con la arena hasta en las orejas”.

María Ignacia, 27 años “Lo hicimos en el baño de un pub. Bailábamos desenfrenadamente y ya no dábamos más por estar juntos. Comenzamos a besarnos pegados a la pared y terminamos haciéndolo sobre el lavamanos del baño del local. El problema es que afuera había muchas personas esperando, que nos miraron bien mal cuando salimos. Lo bueno fue que había tanta bulla con la música, que grité como nunca”.

Silvia, 29 años “En la ducha es excelente. Siempre me resultó muy erótico el roce del agua con el cuerpo. Y ambos mojados. Fue muy apasionante. Lo mejor fue jabonarnos y limpiarnos muy bien las partes más prohibidas!!”.

Reneé, 32 años “Estábamos en una playa caribeña y decidimos ponernos más osados, así que lo hicimos dentro del agua y a plena luz del día, rodeados de todos los bañistas. Fue muy erótico. Luego, al llegar a casa, lo volvimos a hacer en la piscina, pero ya estábamos solos, así que fue más calmado, pero igual de rico”.

Estela, 30 años “En la última fila de un cine del centro, de esos antiguos, yo sentada sobre él. En eso nos pillaron unos tipos que estaban tres filas más adelante, se dieron vuelta justo cuando estábamos en lo mejor.
Nos quedamos quietos y seguimos cuando ellos de voltearon. Después esperamos a que todos se fueran para salir nosotros. Total, había que arreglarse la ropa antes de salir”.


Natalia, 26 años “Casi todas han tenido una experiencia en el auto, pero la mía no terminó del todo bien. Cuando estábamos en pleno show, con los vidrios empañados y la ropa por el suelo, una luz nos alumbró por la ventana… ¡Eran los pacos! Terminamos dando explicaciones, ofreciendo disculpas y teniendo que irnos para la casa, sin haber finalizado lo que empezamos”.

Patricia, 29 años “Cuando recién nos casamos, jugábamos en la cocina mientras preparábamos algo para comer. Como recién estábamos juntos, los ánimos empezaron a subir y a los besos siguieron los toqueteos.
Terminé sentada en uno de los muebles de la cocina, con crema en el cuerpo, chocolate en el vientre y salsa de frutillas en otra parte. Debo decir que fue el mejor banquete que probó mi marido”.

Sofía, 29 años “En uno de esos departamentos que quedan frente a otros, estábamos con mi pololo muy acaramelados. Al frente había una reunión de hombres que no dejaban de molestarnos y gritarnos tonteras por nuestros besos. Así que les dimos en el gusto. Me apoyé en la baranda del balcón, me bajó la ropa y lo hicimos a la luz de la luna (que alumbraba mucho esa noche) y frente a ellos. Estaban tan desesperados por no ver toda la escena con detalles, que no dejaban de gritar. Eso nos puso mucho más calientes, obviamente”.

Colomba, 30 años “Estábamos en un mirador, en el que terminábamos cada vez que salíamos juntos. Con la excusa de la linda vista, nos instalábamos en el auto ahí por horas. Una vez le pedí que se bajara del auto, pusiera la música fuerte y bailáramos románticamente. En eso, los ánimos se calentaron, y lo hicimos de pie, apoyados en el capó del auto, a algunos metros de los otros autos y frente a una gran casa. No sé si alguien nos vio, pero fue muy apasionante”.

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