EL CLIMA

miércoles, 10 de marzo de 2010

ESAS RARAS ADICCIONES














ESAS RARAS ADICCIONES


Fanáticos del consumo de la soda, el chocolate o el queso, son algunos de los casos más raros a los que se deben enfrentar los especialistas. Además hay sexólicos, trabajólicos, adictos a las relaciones, la comida, y toda dependencia en pos de una satisfacción

(NA) - Fanáticos del consumo de la soda, el chocolate o el queso, son algunos de los casos más raros de adicciones que deben tratar los especialistas en la provincia de Mendoza, además de los casos habituales de quienes no pueden alejarse de las drogas, alcohol o tabaco.

El director del Programa Provincial de Adicciones, Miguel Conocente, explicó que "un adicto es alguien que tiene una esclavitud en la que pone en juego su cuerpo", algo cada vez más común con respecto de varias sustancias o actividades, según señaló en declaraciones al diario local Uno.

En este sentido, Conocente indicó que como psicólogo trató a un adicto a la soda, otro al queso y al chocolate; y un colega suyo trató a un dependiente al hielo.

Además hay sexólicos, trabajólicos, adictos a las relaciones, la religión , la comida, y toda dependencia en pos de una satisfacción.

"Detrás de estas patología se esconde alguna forma de malestar. En los adolescentes y personas de hasta 30 años, aparece el aburrimiento como máscara de la angustia que empuja a divertirse con lo que sea. Si bien hay un patrón común, cada demanda merece ser atendida como un caso particular", añadió Conocente.

Indicó que, desde el punto de vista psicoanalítico, un adicto "no tiene palabra, porque se presenta clínicamente como alguien que no pide algo, no espera nada, siempre es otro el que viene a hablar por él".

El adicto no demanda esa atención porque su adicción no se presenta como un síntoma: no sabe que está enfermo ya que el objeto o la conducta adictiva le causa satisfacción. "Recién consulta cuando eso se le puso en contra", señaló Conocente.

Agregó que un adicto es alguien que "se levanta en la mañana y ya está pensando en su objeto de satisfacción; durante el día no se puede quedar sin eso y vive buscando los medios para obtenerlo.

Pasa el resto de su jornada consumiendo o practicando y luego, recuperándose de los efectos. No puede prescindir si no es con angustia, ansiedad, desesperación, tedio, en fin malestar".

También se puede ser abusador, cuando hay episodios de intoxicación y no sólo con droga o alcohol, también puede ser con el juego o el sexo. "No necesariamente quien es abusador llega a ser adicto. No es algo cuantitativo, sino cualitativo: tiene que ver con la relación de dependencia, no cuánto consume o practica. Todos somos consumidores, algunos son adictos", subrayó Conocente.

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