EL CLIMA

sábado, 13 de febrero de 2010

MIEDO A VOLAR

EL MIEDO A VOLAR

avion
El miedo a volar en avión, o aviofobia, es un mal que afecta, desgraciadamente, a muchas personas que se ven obligadas a tomar este medio de transporte por múltiples causas, desde motivos de trabajo, vacaciones, negocios, etc. y que seguramente harían cualquier cosa por poder volar tranquilos, por volar sin miedo, por poder coger un avión como quien coge un autobús.

Permítanme que me presente, me llamo Carlos Domínguez y hasta el año 1998, era una persona temerosa de viajar en avión, tenía auténtico pánico sólo al entrar en el aeropuerto para coger un vuelo. Lo pasaba realmente mal y evitaba los viajes aéreos que podía. Desde hace muchos años, concretamente desde que era adolescente, tengo un gran interés en todo lo relativo a técnicas de autosuperación personal, técnicas que he estudiado y practicado a lo largo de años, poseyendo una amplísima biblioteca de autoayuda y autosuperación. En concreto, las técnicas de Relajación, Control Mental, Programación Neurolingüística, Hipnosis y Autohipnosis, Sugestología, etc. así que me puse a desarrollar un método para eliminar el miedo a viajar en avión, basado en métodos probados por mí anteriormente en otros tipos de problemas.

Actualmente viajo en avión completamente tranquilo, y me gusta viajar en él.

Primeramente, describo lo que es el miedo a volar, luego lo que ocurre REALMENTE en un vuelo de verdad, a continuación paso al tema del Control de la Mente, y finalmente para los que deseen, pongo a su disposición mi método para perder el miedo a volar.

Con este método son muchas las personas que ya han superado la aviofobia (miedo a volar), de forma eficaz y sin molestias, no requiere esfuerzo, aunque sí un poco de voluntad.

LA AVIOFOBIA: EL MIEDO A VIAJAR EN AVIÓN.

A pesar de que el avión es el medio de transporte más seguro y eficaz, el sueño de volar es para mucha gente una horrible pesadilla. Son incapaces de sacar provecho de un viaje rápido y seguro en un avión o simplemente evitan tener que subir a "encerrarme en una pesada caja de hierro que vuela". A pesar de que muchos de aquellos que sienten auténtico pánico ante la sola idea de tener que hacer un viaje en avión, no sienten el más mínimo temor a ir por una autopista a 180 Kilómetros por hora, o conducir con unas cuantas copas de más.

Pero este razonamiento no les sirve de nada a los que tienen miedo a volar, ya que los miedos no se curan con argumentos racionales. Como dijo alguien: "Cuando la lógica y la imaginación entran en conflicto, la imaginación siempre vence".

Pongamos un ejemplo: ¿cuántos de los que leen ésto son capaces de poner una tabla en el suelo de 3 metros de largo por 30 centímetros de largo, y andar por ella sin salirse ni caerse? Estoy seguro que la práctica totalidad de los que me leen lo pueden hacer perfectamente, por ejemplo usted, estoy seguro de que lo haría bien. Pues ahora compliquemos un "poco" el asunto, y coloquemos esa tabla de 3 metros haciendo puente entre dos edificios de 20 pisos de altura, pongamos unos 200 metros de altura, viéndose abajo un callejón (3 metros no dá para mucho) con algún transeúnte, el cual se aprecia diminuto como una hormiga. ¿Estaría usted dispuesto/a a repetir el experimento de caminar por la tabla sin caerse?. Me apuesto a que la inmensa mayoría jamás intentaría pasar por una experiencia semejante. Pero si lo razonamos, ¿por qué?. ¿No es la misma tabla que no da problemas si está en un suelo?, si realmente, sólo hay que hacer lo mismo que se hizo cuando estaba en el suelo; si lo razonamos, no debería nadie de tener miedo. Pero resulta que cuando la dichosa tabla está a 200 metros de altura, comienza nuestra imaginación a dispararse, a pensar en que nos vamos a caer, es más, seguro que es lo que primero pensamos, que nos vamos a caer, y seguramente visualizamos nítidamente la caída; nuestra mente empieza a bombardearnos con pensamientos del tipo de: "que me caigo", "se me va el equilibrio", etc. CUANDO LA RAZÓN Y LA IMAGINACIÓN ENTRAN EN CONFLICTO, LA IMAGINACIÓN SIEMPRE GANA.

Los pensamientos y fantasías quedan fuera de control, al igual que las reacciones corporales, y cada uno de ellos va aumentando; el cerebro interpreta las señales como prueba concluyente de la existencia de peligro, y los pensamientos de miedo refuerzan las reacciones psicológicas. Hace 2.000 años, el filósofo griego Epicteto decía que "las cosas por sí mismas no atemorizan a las personas, pero sí la idea que se hacen de ellas".

Una cosa que puede parecer extraña a mucha gente, es que no hace falta saber el origen de un miedo para deshacerse de él, aunque el conocerlo siempre ayuda. El origen del miedo a viajar en avión puede ser debido a diferentes causas, aunque todas ellas con un origen común: la imaginación. Hay gente que cogen miedo a volar en avión, simplemente PENSANDO "me voy a meter en una caja de metal, y ahí voy a estar encerrado a diez mil metros de altura, ¿y si le fallan los motores?, ¿y si se rompe un ala con el viento?, ¿y si...?". Otras personas han cogido miedo a volar en algún viaje aéreo en el que tuvieron turbulencias, el avión se meneaba mucho, los cinturones de seguridad abrochados, o inclusive algún aterrizaje de emergencia, etc., etc. cosas que hicieron darle vueltas y más vueltas a pensamientos negativos en los que temíamos por nuestra vida. También hay quien le coge miedo al avión por haber visto alguna película catastrófica sobre el tema, o por haber visto fotografías en el periódico, o imágenes por la televisión de accidentes aéreos, etc. (por cierto, que de accidentes de coche también se ven e infinitamente más a menudo, y sin embargo, muy escasos son los que le cogen miedo a ir en coche). ¿Le parecen a usted familiares algunas de estas descripciones?. Podríamos enumerar muchos más ejemplos, pero lo realmente importante es saber que EL MIEDO A VOLAR ES UNA CUESTIÓN PURAMENTE MENTAL. Un pasajero que cuando el avión atraviesa una turbulencia piensa que va a estrellarse experimenta una serie de cambios fisiológicos como consecuencia de ese pensamiento: la respiración se hace más rápida y profunda, el pulso se acelera y aumenta en más de 40 pulsaciones por minuto; toda su musculatura se pone tensa y empieza a temblar, todo ello acompañado de sudores, ¿por qué sucede ésto?.

La turbulencia interpretada por el pasajero como un peligro, lleva a una disposición de alarma en todo el cuerpo; su sistema nervioso vegetativo le hace permanecer en actitud de lucha o huida, se segregan hormonas como la adrenalina. Pero el pasajero no puede luchar contra las turbulencias ni escapar, no puede hacer nada; así pues, el pasajero se ve afectado por una intranquilidad interna, que se verá reforzada por pensamientos negativos "las alas se van a romper", "nos vamos a estrellar", "esto se menea demasiado", etc., y estos pensamientos hacen que aumente más y más la excitación. Realmente lo que ocurre es que la apreciación d ela realidad en nuestro pensamiento está distorsionada por las experiencias. Una secuencia seguida de experiencias negativas lleva a generalizar. La información sensacionalista y aparatosa difundida por los medios de comunicación incita a la fantasía a imaginarse lo peor: que te vas a estrellar y matar. Muchas personas que tienen fobia al avión reconocen que su viva fantasía se desborda y proyecta las peores escenas catastróficas que uno se pueda imaginar; estas fantasías negativas se ven potenciadas con el hecho de que, cuando tomamos un avión, nos vemos obligados a confiar nuestras vidas en personas desconocidas, o sea en el piloto, así como en una técnica que no podemos desentrañar, y que a muchos les parece un milagro.

Muchas personas gastan una gran energía en ocultar su miedo tras una fachada de aparente impasibilidad, pero si se les observa más de cerca se descubre, por ejemplo, que están leyendo el periódico del revés. Con ésto se aumenta más el estrés.

Si nos dejamos llevar con frecuencia y durante tiempo prolongado por el miedo a volar, existe el peligro de que el asunto tome mayores proporciones, y que puede desarrollarse y conducirnos a otras situaciones similares: miedo a hallarse en habitaciones cerradas y estrechas, a los ascensores, a subir en telesilla, a pasar por túneles, etc. Por ello hay que poner freno al miedo para asegurar el mantenimiento o la recuperación de la calidad de vida. Si se consigue vencer el miedo a volar, esta experiencia positiva puede ser la clave para acabar con otros miedos y situaciones de estrés.

O sea, que o nosotros controlamos el miedo, o es el miedo el que nos controlará a nosotros. Y uno de los grandes placeres que hay es observar como hemos superado un temor, como somos más libres. Y el que escribe ésto sabe bien por experiencia propia lo que quiere decir.

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