La Gimnasia Suave es un método basado en la percepción, la sensación del propio cuerpo y la relajación, por lo tanto evita el esfuerzo y el desgaste energético, innecesarios en quien la practica. Se opone en cierta forma, a la gimnasia tradicional que pone su acento en el desarrolo muscular, el esfuerzo físico y la técnica.
La Gimnasia Suave nos enseña no solo a flexibilizar los músculos y articulaciones, sino también a reconocerlos y a liberar la circulación de nuestra energía, desarmando nuestras corazas, clave para nuestro bienestar y felicidad; y despertándonos a una mayor conciencia corporal, a través de la exploración sutil de nuestro sist. muscular en su integridad, con lo cual se recurre a músculos con los que "no contamos" en la vida corriente o con técnicas deportivas.
El hombre moderno ignora que tiene un cuerpo que es un todo, de allí que tenemos una conciencia fragmentada de nosotros mismos y de la realidad. Solo utilizamos una parte infima de nuestro potencial (alrededor de un 5%) tanto físico, como intelectual y espiritual.
Por esta razón la Gimnasia Suave es una gran facilitadora permitiendo, asi, a todo individuo ponerse de nuevo en contacto con sus potencialidades inhibidas o adormecidas.
Basándose en sus 5 principios adhiere a métodos afines al Yoga, la Relajación autógena de Schultz y la Relajación progresiva de Jacobson (utilizadas en los entrenamientos de equipos deportivos de 1ª división; y como técnicas antiestrés y antiansiedad en gabinetes psicológicos); y el Método Alexander entre otros ya que toma elem. de numerosas técnicas del trabajo corporal.
Estos principios son:
1- Tomar conciencia del movimiento.
2- Trabajar relajadamente y a través de la propia
sensación.
3- El cuerpo es un todo, una unidad.
4- Hay que conceder prioridad a nuestra espalda.
5- Trabajar sin excesos y respetando nuestro propio
ritmo.
Por ser una práctica integral educa, corrige y cuida nuestro cuerpo; y trabaja desde la respiración conciente a través de numerosos movimientos, posturas y ejercicios, respetando y teniendo en cuenta el lenguaje del propio cuerpo. De esta manera adquirimos un conocimiento valioso sobre nosotros mismos, un registro de nuestras zonas tensas, nuestros límites y posibilidades; y de nuestras emociones que afloran con el trabajo energético, a través de la experiencia y la práctica personal. Reconociéndonos como una totalidad, armonizando nuestras energías y aprendiendo de nuestro propio potencial que es ilimitado
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