El movimiento partisano se organizó primero en bandas autónomas pero después se creó un Comité de Liberación Nacional (CLN) para su dirección y coordinación. Este Comité, a su vez, se dividió en el CLNAI (Comité de Liberación Nacional Alta Italia) con sede en el Milánocupado y el CLNC (Comité de Liberación Nacional Central). El CLNAI estuvo presidido entre 1943 y 1945 por Alfredo Pizzoni y coordinó la lucha armada en la Italia ocupada: esta lucha se llevó a cabo con brigadas y divisiones de partisanos, entre las que estaban las Brigadas Garibaldi (constituidas a iniciativa del Partido Comunista), las Brigadas Matteotti (vinculadas al Partido Socialista), las Brigadas Giustizia e Libertà (del Partito d'Azione), las Brigadas Autónomas (compuestas principalmente por ex-militares y sin clara afiliación política, aunque a menudo simpatizaban con la monarquía y con ideas imperialistas -como los llamados badogliani-; en otras ocasiones se mostraron expresamente apartidistas -fue el caso del XI Zona Patrioti del comandante Manrico Ducceschi, «Pippo»-).
En el periodo que media entre la llamada Proclama de Badoglio (8 de septiembre de 1943, en la que el presidente del consejo de ministros anunciaba un armisticio firmado con las tropas aliadas) hasta la capitulación de las tropas alemanas en Italia (abril de 1945) el país vivió una verdadera guerra civil. La Resistencia justificaba sus acciones como propias de una guerra patriótica de liberación del poder extranjero, pero de hecho implicaban desencadenar una guerra civil contra los fascistas italianos y los que apoyaban la República Social de Mussolini.
En la lucha partisana de Italia participaron también algunos grupos de desertores alemanes, cuyo número es difícil de establecer puesto que, para evitar represalias a sus familiares en Alemania, utilizaron nombres falsos (por intereses de imagen de los nazis, a menudo estos soldados estaban considerados oficialmente como dispersos o desaparecidos y no como desertores). El caso más famoso de adhesión a la lucha partisana fue la del capitán Rudolf Jacobs. En la Italia centro-meridional, donde había zonas liberadas que habían quedado bajo el gobierno del rey Víctor Manuel III (aunque, de hecho, eran los aliados quienes las administraban) se reunieron los principales dirigentes políticos que desde allí coordinaban las acciones militares partisanas, a veces cooperando con el ejército aliado (por ejemplo, en la acción de empuje de las tropas alemanas hacia la línea Gustav).
El norte de Italia, todavía bajo poder nazi y fascista, con violentas tensiones sociales y huelgas obreras (que, ya en la primavera de 1944 habían paralizado las mayores ciudades industriales, como Milán, Turín, Génova), se preparó para pasar el invierno más difícil de la guerra, el de 1945. Los partisanos combatieron en las montañas de la Valsesia, en las colinas de las Langhe y en los Apeninos ligures.
enito Mussolini.Los partidos más importantes de la Resistencia constituyeron el Comité de Liberación Nacional (CLN). La lucha armada se dio por terminada el 25 de abril de 1945, cuando el Comité de Liberación Nacional de la Alta Italia (CLNAI) consiguió el control de casi todas las ciudades del norte del país, último territorio todavía en poder de las tropas nazis en su retirada hacia Alemania. La rendición incondicional del ejército alemán tuvo lugar el 29 de abril de 1945, aunque en alguna ciudad como Génova ya habían depuesto sus armas ante los partisanos días antes. Esto marcó el final de la Resistencia. El Comité de Liberación Nacional se hizo cargo de los primeros gobiernos de la posguerra: se produjeron entonces grandes divergencias sobre la configuración del nuevo estado italiano; por una parte, los partidos de izquierdas se negaban a regresar al viejo estado liberal prefascista y (con el apoyo del Partito d'Azione) defendieron que la Resistencia tuviera un papel decisivo en la construcción de la nueva democracia y que esta rompiera con la monarquía. Por el contrario, el resto de fuerzas (sobre todo los democristianos, los liberales y los militares que no reconocieron la RSI) abogaban por el mantenimiento del régimen monárquico. La Asamblea Constituyente elegida en 1946 estuvo compuesta en su mayor parte por miembros del CLN, que fueron los que redactaron la Constitución de la República Italiana, inspirada en los principios de democracia y antifascismo característicos de la Resistencia.
El movimiento partisano se organizó primero en bandas autónomas pero después se creó un Comité de Liberación Nacional (CLN) para su dirección y coordinación. Este Comité, a su vez, se dividió en el CLNAI (Comité de Liberación Nacional Alta Italia) con sede en el Milánocupado y el CLNC (Comité de Liberación Nacional Central). El CLNAI estuvo presidido entre 1943 y 1945 por Alfredo Pizzoni y coordinó la lucha armada en la Italia ocupada: esta lucha se llevó a cabo con brigadas y divisiones de partisanos, entre las que estaban las Brigadas Garibaldi (constituidas a iniciativa del Partido Comunista), las Brigadas Matteotti (vinculadas al Partido Socialista), las Brigadas Giustizia e Libertà (del Partito d'Azione), las Brigadas Autónomas (compuestas principalmente por ex-militares y sin clara afiliación política, aunque a menudo simpatizaban con la monarquía y con ideas imperialistas -como los llamados badogliani-; en otras ocasiones se mostraron expresamente apartidistas -fue el caso del XI Zona Patrioti del comandante Manrico Ducceschi, «Pippo»-).
En el periodo que media entre la llamada Proclama de Badoglio (8 de septiembre de 1943, en la que el presidente del consejo de ministros anunciaba un armisticio firmado con las tropas aliadas) hasta la capitulación de las tropas alemanas en Italia (abril de 1945) el país vivió una verdadera guerra civil. La Resistencia justificaba sus acciones como propias de una guerra patriótica de liberación del poder extranjero, pero de hecho implicaban desencadenar una guerra civil contra los fascistas italianos y los que apoyaban la República Social de Mussolini.
Los partisanos fueron especialmente abundantes en las zonas montañosas del centro y el norte del país. En febrero de 1944 se proclamó un bando en el que se establecía la pena de muertepara los que se opusieran a la leva y para los desertores. En abril de 1944 ese año otro decreto extendía la pena de muerte a todo aquel que diera apoyo o refugio a las brigadas partisanas. Pese a todo, muchos jóvenes preferían unirse a la guerrilla antes que aceptar el reclutamiento forzoso de la RSI.
En la lucha partisana de Italia participaron también algunos grupos de desertores alemanes, cuyo número es difícil de establecer puesto que, para evitar represalias a sus familiares en Alemania, utilizaron nombres falsos (por intereses de imagen de los nazis, a menudo estos soldados estaban considerados oficialmente como dispersos o desaparecidos y no como desertores). El caso más famoso de adhesión a la lucha partisana fue la del capitán Rudolf Jacobs. En la Italia centro-meridional, donde había zonas liberadas que habían quedado bajo el gobierno del rey Víctor Manuel III (aunque, de hecho, eran los aliados quienes las administraban) se reunieron los principales dirigentes políticos que desde allí coordinaban las acciones militares partisanas, a veces cooperando con el ejército aliado (por ejemplo, en la acción de empuje de las tropas alemanas hacia la línea Gustav).
El norte de Italia, todavía bajo poder nazi y fascista, con violentas tensiones sociales y huelgas obreras (que, ya en la primavera de 1944 habían paralizado las mayores ciudades industriales, como Milán, Turín, Génova), se preparó para pasar el invierno más difícil de la guerra, el de 1945. Los partisanos combatieron en las montañas de la Valsesia, en las colinas de las Langhe y en los Apeninos ligures.
No hay comentarios:
Publicar un comentario