EL CLIMA

martes, 22 de mayo de 2012

HISTORIA ECLESIASTICA

Armand-Jean du Plessis (París, 9 de septiembre de 1585 – ibídem, 4 de diciembre de 1642), cardenal-duque de Richelieu, duque de Fronsac y par de Francia. Cardenal, noble y hombre de estado francés.
Ordenado obispo en 1607, entró en la política, convirtiéndose en Secretario de Estado, en 1616. Richelieu pronto alcanzó un gran poder en la Iglesia católica y en el Reino de Francia, convirtiéndose en cardenal en 1622, y en el primer ministro del rey Luis XIII en 1624. Permaneció en el cargo hasta su muerte en 1642, siendo sucedido por el también cardenal Julio Mazarino.
Como primer ministro de Francia, consolidó la monarquía francesa luchando contra las diversas facciones internas. Para contrarrestar el poder de la nobleza, transformó Francia en un fuerte Estado centralizado. Su política exterior fundamental fue contrarrestar el poder de la dinastía austro-hispánica de los Habsburgo, entonces reinante en España y en el Sacro Imperio Romano Germánico. Para ello, aún siendo un ministro católico, no dudó en aliarse con los protestantes para alcanzar dicho objetivo. Fue particularmente notoria su intervención en la Guerra de los Treinta Años, que terminó con la Paz de Westfalia.
Su apoyo a la expansión ultramarina le hizo fundar asentamientos en Nueva Francia, Guadalupe, Guayana, Martinica, Senegal, Madagascar y Reunión.
Richelieu fue también famoso por su mecenazgo del arte y por fundar la Académie française, la institución que cuida del francés. Es asimismo conocido por el sobrenombre de l'Éminence rouge ("La eminencia roja"), por las vestiduras rojas de los cardenales.

Primeros años del Cardenal Richelieu

Nacido en París en 1585, Richelieu era el cuarto de cinco hermanos y el tercer hijo varón. Su familia provenía de la nobleza de Poitou. Su padre, François du Plessis, señor de Richelieu, fue Gran Preboste de Francia; su madre, Suzanne de La Porte, era hija de un prestigioso abogado del Parlamento de París. Su padre murió cuando sólo tenía 5 años, durante las Guerras de religión de Francia, dejando a la familia en una delicada situación económica. A la edad de 9 años, el joven Richelieu fue enviado al Colegio de Navarra y más tarde ingresaría en la Academia de Pluvinel para seguir su formación como gentilhombre y militar.
Por cesión de Enrique III de Francia en 1584 al Gran Preboste, la familia du Plessis disponía del obispado de Luçon. Tras la muerte del último obispo (tío abuelo de Armand-Jean), la ciudad contaba con un obispo interino en espera de que su hermano Alphonse ocupara ese puesto. Pero Alphonse, de carácter un tanto extraño, rechazó convertirse en obispo de Luçon e ingresó en un convento como cartujo. Armand-Jean tuvo que abandonar la carrera militar que tanto quería, debido a problemas de salud, consistentes en graves fiebres, para reemplazar a su hermano. Era un cambio muy brusco en la orientación de su carrera, pero no lo dudó.
En 1606, Enrique IV nombró a Richelieu obispo de Luçon. Como aún no tenía la edad mínima requerida, fue necesario un viaje a Roma para obtener una dispensa del Papa. Una vez obtenida ésta en abril de 1607, Richelieu fue consagrado obispo. Poco después de tomar posesión efectiva de su diócesis, en 1608, Richelieu ya se mostraba como un activo obispo comprometido con las reformas propuestas por el Concilio de Trento celebrado entre 1545 y 1563.
Fue por esta época cuando Richelieu conoció a François Leclerc du Tremblay (más conocido como "Père Joseph" o "Padre José"), un monje capuchino, el cual se convertiría en su hombre de confianza. Por esta cercanía al cardenal, así como por el color gris de sus hábitos, se le conoció con el sobrenombre de l'Éminence grise ("la eminencia gris"). Con el tiempo, el padre Joseph colaboraría con Richelieu como negociador y diplomático.
[editar]Ascenso al poder
En 1614, Richelieu, que resultó ser un importante defensor de los intereses y del poder político de los obispos al oponerse al cobro de impuestos a la iglesia, consiguió hacerse elegir por el clero de Poitou como diputado a los Estados Generales; además de defender las reformas introducidas en la Iglesia por el Concilio de Trento, con la oposición de la burguesía. En esta ocasión, fue elegido por María de Médicis como portavoz del clero en la sesión de clausura y su discurso le valió las simpatías de la reina madre. En noviembre de 1615, Richelieu es nombrado por la madre del rey limosnero de la futura joven reina Ana de Austria, esposa de Luis XIII. En 1616 es nombrado Secretario de Estado para el Exterior y la Guerra, cargo que desempeñará sólo durante cinco meses, hasta la caída del favorito Concino Concini.


María de Médicis en un cuadro de Rubens.
Richelieu había prosperado al servicio de Concino Concini, principal ministro del reino y favorito de María de Médicis por aquel entonces. Igual que Concini, el obispo de Luçon se convirtió en uno de los más cercanos consejeros de María de Médicis. La reina madre, que había sido regente durante la minoría de edad de Luis XIII, continuó manteniendo el poder efectivo tras la coronación y la declaración de mayoría de edad de su hijo en 1614. Su política era impopular en varias regiones de Francia, provocando diversas rebeliones entre los Grandes y numerosas intrigas contra ella y contra Concini. El principal instigador de la caída de Concini fue Charles de Luynes, halconero real y favorito del joven rey. En abril de 1617, aconsejado por Luynes, Luis XIII ordenó el arresto de Concini y su asesinato si oponía resistencia, como fue el caso. Muerto Concini, María de Médicis perdió todo su poder y fue exiliada de la Corte. Con su protector muerto, Richelieu fue destituido como Secretario de Estado y expulsado de la Corte, acompañando a la reina madre en su exilio a Angulema. Debido a las sospechas del rey sobre sus intrigas para devolver a María de Médicis al poder, Richelieu fue exiliado en 1618 a Avignon, por entonces territorio papal, donde escribió un catecismo titulado L'Instruction du chrétien («La Instrucción del Cristiano»).
En 1619, estando ausente Richelieu del entorno de la reina madre, María de Médicis escapa por una ventana de su confinamiento en el Castillo de Blois y dirige una rebelión aristocrática. El rey y el duque de Luynes piensan entonces en Richelieu para aconsejar prudentemente a la reina y le encargan negociar con ella. Esta mediación cristalizó en el Tratado de Angulema en 1620, garantizando la libertad de María de Médicis, su pertenencia al Consejo Real y la paz con su hijo.
Con la muerte en 1621 del duque de Luynes, Richelieu recuperó rápidamente su poder. Ese año el rey lo propuso como Cardenal al papa Gregorio XV, quien accedió el 19 de abril de 1622. Tras ser nombrado miembro del Consejo Real el 29 de abril de 1624, maniobró contra el entonces principal ministro, Charles de La Vieuville, que fue arrestado por corrupción ese mismo año en agosto, dejando a Richelieu vía libre para ejercer de principal ministro. Las diversas crisis por las que atravesaba Francia, incluyendo una revuelta hugonote, hicieron del nuevo ministro-cardenal un consejero indispensable para el rey.
[editar]Etapa de primer ministro
La política del Cardenal se centraba en dos metas: centralizar el poder en Francia y neutralizar a los Habsburgo, reinantes en España y Alemania. Para ello, se alió con las rebeldes Provincias Unidas, en guerra con España, y apoyó a los Estados protestantes alemanes que se enfrentaban a los Habsburgo en la Guerra de los Treinta Años. Asimismo buscó un acercamiento con Inglaterra, logrando acordar el matrimonio entre Enriqueta María, hermana del rey, y el futuro Carlos I de Inglaterra.
Al poco de ser nombrado primer ministro, se enfrentó a la crisis de Valtelina, un valle en Lombardía (norte de Italia). Para combatir la influencia de los Habsburgo (que controlaban el Milanesado) e impedir que este estratégico valle cayera en manos españolas, Richelieu apoyó a los protestantes suizos del cantón de los Grisones, que también lo reclamaban. Richelieu desplegó tropas en Valtelina que expulsaron a las guarniciones papales. Este apoyo a una potencia protestante frente al papa le ganó numerosos enemigos en la católica Francia.


El Cardenal Richelieu en el sitio de La Rochelle.
Para consolidar el poder en Francia, el Cardenal suprimió el poder de la nobleza feudal con medidas como la abolición del cargo de Condestable de Francia en 1626, o la destrucción de todas las fortalezas interiores del país (con la excepción de aquellas que se encontraban en la frontera y eran necesarias para la guerra). Esta última medida dejó a los duques y condes del país sin defensas contra el rey en una hipotética rebelión. Estas medidas le granjearon el odio de la nobleza.
Otro obstáculo para la centralización del poder fue la división religiosa de Francia. Los hugonotes, una facción protestante, disponían de una importante fuerza militar y se habían rebelado con el apoyo del rey Carlos I de Inglaterra. En 1627, Richelieu ordenó al ejército real el asedio de la plaza de La Rochelle, al mando personal del Cardenal. Las expediciones de socorro comandadas por George Villiers, primer duque de Buckingham, fracasaron, capitulando la ciudad en 1628.
A pesar de su derrota en La Rochelle, los hugonotes, liderados por Henri de Rohan, continuaron la lucha. En 1629 fueron derrotados de nuevo, aceptando la Paz de Alais, que permitió a los hugonotes continuar con su culto, como había sido garantizado por el Edicto de Nantes, aunque Richelieu conseguía abolir sus fueros particulares. Rohan, a diferencia de la mayoría de los líderes rebeldes que se enfrentaron a Richelieu, no fue ejecutado, pasando a ser oficial del ejército francés.
Los Habsburgo españoles aprovecharon el conflicto interno francés para expandir su influencia en Italia. Para mantener ocupado al ejército francés, España financió a los rebeldes. Como respuesta, Richelieu, una vez ganada La Rochelle, lideró un ejército contra España en el norte de Francia.
En ultramar, como abogado de Samuel de Champlain y de la retención de Quebec, fundó la Compañía de Nueva Francia y vio cómo Quebec, por medio del Tratado de Saint-Germain-en-Laye, volvía al poder francés bajo Champlain, después de que el asentamiento fuese capturado por los hermanos británicos Kirke en 1629. Esto permitió en parte que la colonia desarrollara lo que sería el corazón de la francofonía en América del Norte.
Al año siguiente, la posición de Richelieu se vio seriamente amenazada por su antigua protectora, María de Médicis, que creía que el Cardenal le había robado su poder político, y le exigió la dimisión. Luis XIII no era, en un comienzo, contrario a este curso de los acontecimientos, dadas sus pobres relaciones con el Cardenal. A pesar de este desagrado, el ministro fue capaz de convencerle. El 11 de noviembre de 1630, María de Médicis y el hermano del rey, Gastón, duque de Orleans, apoyaron la propuesta real de dimisión. El rey, persuadido por Richelieu, pronto dio marcha atrás. Fue el único día que el rey estuvo a punto de acabar con su valido. Esta muestra de apoyo, no obstante, no acabó con el desagrado que sentía por él. Aprovechando que el rey necesitaba su apoyo, fue nombrado duque de Richelieu y Par de Francia.
Entre tanto, María de Médicis fue exiliada a Compiègne. Cuando ella y su hijo, el duque de Orleans, volvieron a conspirar contra el Cardenal, fracasaron. La nobleza fue definitivamente debilitada. La única rebelión seria fue la de Enrique, duque de Montmorency en 1632; Richelieu, decidido a terminar con la oposición, ordenó la ejecución del duque. Esta dureza por parte de Richelieu fue aplicada con la intención (y el resultado) de intimidar a sus enemigos. El cardenal creó asimismo una red de espías para mantener la seguridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario