EL CLIMA

lunes, 20 de junio de 2011

LEYENDA COLOMBIANA, HASTA FAVIO LE DEDICO UNA CUMBIA.

ZENAIDA

Naturaleza Emotiva:

Naturaleza emotiva y coincidente. Se expresa por medio de lo ideal, lo genial y lo causal. Ama la experiencia, el saber y la evidencia. Le gusta sentirse retribuido.

Naturaleza Expresiva:

Es consistente. Se expresa en la línea recta, la atención al detalle, la seguridad. Ama lo que afirma y confirma, la propiedad y la ley que ampara.

Talento Natural:

Es mente de pensamiento práctico. Se expresa como pensador neto y concreto, que aquilata valores y busca seguridad en la inversión de su esfuerzo o de su capital. Recibe aumento en las actividades que requieren disciplina, constancia, esfuerzo, lógica y razón. Ama la pericia, la previsión y la concreción.
Podría destacar en profesiones como contratista, granjera, mecánica, dibujante, empleada pública, empleada administrativa, obrera de fábrica o capataz, contable o política.
LEONARDO FAVIO, le dedico una hermosa cumbia a esta
tremenda leyenda colombiana.
REPRODUCIMOS UN FRAGMENTO DE LA
LETRA PORQUE ES MUY LARGA.




Señores, pido silencio
y en el silencio atención
que aquí los convoco yo
a transitar la ternura
de la historia simple y pura
que voy a contarles yo.
Al ritmo de cumbia suave
que me marca la guitarra
caminando por el alma
hasta mi boca llegó
esta narración de amor
de desesperanza y sueños:
la vida, pasión y vuelo
de la abuelita Zenaida.

La conocí en Bogotá
por las calles bogotanas
vendiendo frutos maduros
con su sonrisa cansada
siempre en la boca un cigarro
cigarro que ella se arma
tan pequeñita, tan frágil que me dije:
"cosa rara que camine y que no vuele"
esta viejita Zenaida
siempre al trotecito corto
de hormiguita ciudadana
no sé por qué la Zenaida
en su andar, en su mirada
me recordaba a mi abuela
a mi abuelita Milagro
que hacía el pan de la nada.

Casi niña quedó viuda
con diez hijos a su cargo
los fue criando a lo hombre
duramente trabajando
mientras ellos crecían
ella se iba achicando.
De los diez hijos que tuvo
uno murió
dos hay presos
y los demás poco a poco
se le fueron alejando
uno a trabajar muy lejos
y los demás, y los demás se casaron
y así se quedó solita
en su casita de barrio.

¡Cumbia!
De mañanita la Zenaida
sale temprano del tugurio
De mañanita la Zenaida
sale temprano del tugurio
arremolina su tabaco
se va a vender frutos maduros
Zenaida baila la cumbia
Zenaida baila la cumbia
Ah viejita del manglar
hormiga de ciudad
tu fruta me sabe a cumbia
cumbia, cumbia de la playa
tu fruta me sabe a cumbia
cumbia, cumbia de la playa
Zenaida baila la cumbia
Zenaida baila la cumbia

Pasó el tiempo
y con los años
un nieto la visitaba
era su nieto mayor
su orgullo, sus ojos, su alma
se parecía al abuelo
y como él se llamaba Manuel
como aquel Manuel
que hizo mujer a Zenaida
y que le sembró diez hijos
y al que un día por bobadas
se lo trajeron aún tibio
muerto de una puñalada
El nieto que era su orgullo
cuando al ranchito llegaba
la levantaba en sus brazos
y le besaba las canas
y le decía: "mi reina
tú eres mi novia más cara"
A veces venía picado de aguardiente
y la obligaba a bailar con él la cumbia
y la Zenaida bailaba
Él se llamaba Manuel
Manuel Hernández Peralta
y era su orgullo, sus ojos
el brote más lindo y bueno
que le floreció a Zenaida
él la obligaba a bailar
y ella la cumbia bailaba.

Zenaida baila la cumbia

Pero un domingo que vino
su Manuel a visitarla
lo notó como distante
no reía, no charlaba
ni la invitó a bailar cumbia
se quedó toda la tarde
tendido sobre la cama
recién al anochecer
y cuando ya se marchaba
le dijo dándole un beso:
"Allí debajo la almohada
le he dejado una cartita
leala recién mañana."
La volvió a besar muy fuerte
y se alejó, lloviznaba
La Zenaida no durmió
no rezó, sólo fumaba
y esperó el amanecer
para así leer la carta
que acariciaba en sus manos
como si fueran los ojos
del nieto hermoso del alma.


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