EL CLIMA

lunes, 20 de junio de 2011

INMANENCIA

INMANENCIA
(Del latín «immanens», inherente, propio). Una de las corrientes idealistas subjetivas de la filosofía de fines del siglo XIX. Sus representantes más eminentes fueron Wilhelm Schuppe, Richard von Schubert-Soldern, Johannes Rehmke o Leclair. Reconocieron su parentesco con esta corriente, [[Mach y [[Avenarius. Tenía partidarios en Rusia (Lossky y otros). Los inmanentistas criticaban la doctrina de Kant sobre la «cosa en sí» (era la denominada crítica de Kant por la derecha), propugnaban volver, desde el kantismo, a Berkeley y a Hume. Tesis fundamentales de dicha filosofía: «sólo existe lo que se piensa» el ser es inmanente a la conciencia, el objeto está indisolublemente unido al sujeto. Para evitar el solipsismo, los inmanentistas (a excepción de Schubert-Soldern, quien declaraba abiertamente mantener los principios del «solipsismo teórico cognoscitivo») introdujeron el concepto de «conciencia en general» o «conciencia genérica» existente –a su entender– con independencia del cerebro humano. Lenin, en su obra «Materialismo y empiriocriticismo» (t. XIV, pág. 199, E.P.U., 1959, pág. 227) realizó una profunda crítica de la filosofía inmanentista y de sus lazos directos con la religión. Más tarde, los filósofos del neorrealismo hicieron suya la negación de la teoría del reflejo tal como propugnaban los inmanentistas y también la caracterización del conocimiento como «entrada de las cosas en la conciencia». A principios del siglo XX, la escuela filosófica de la inmanencia degeneró en una multiplicidad de pequeñas corrientes.
La inmanencia es el ente intrínseco de un cuerpo; en filosofía se califica a toda aquella actividad como inmanente a un ser cuando la acción perdura en su interior, cuando tiene su fin en ese mismo ser. Se opone por lo tanto a trascendencia.
Estos conceptos ocuparon también un papel importante en la filosofía escolástica, de la cual emanan los términos actio immanens y actio transient y se constituye la absoluta diferencia entre ambas expresiones. Autores como Wolff y Spinoza adoptaron esta interpretación, sobre todo en este último, donde la inmanencia se erige como un punto de apoyo y noción elemental del método spinozista. Esto se debe a que según Spinoza Dios es causa inmanente en oposición a causa transitiva de todas las cosas en este método. Siendo que Dios es la causa de todas las cosas que residen en Él, y que todo está en Dios, fuera de Él no es concebible la existencia de ningún cuerpo porque Dios es causa inmanente y no transitiva de todo lo que existe. Esta corriente, calificada también como “inmanentismo racionalista” es propia del pensamiento moderno; la trascendencia se suele ubicar en las filosofías contemporáneas.
El sistema de Spinoza se identifica con cualquier planteamiento filosófico perteneciente al panteísmo, de modo que inmanencia en este caso es un concepto en el que la existencia de todos los seres no puede ser explicada sin la presencia de Dios.
También se considera filosofía inmanentista la que mantiene la preeminencia de la experiencia religiosa interna por encima de la sapiencia reflexiva de Dios. En Maurice Blondel y sobre todo en Edouard Le Roy tenemos una acérrima defensa de esta perspectiva.
El concepto de inmanencia, entendido aquí como total y consciente rechazo de la trascendencia, es también importante en la tradición marxista. Particularmente, Antonio Gramsci califica la filosofía de la praxis como un "inmanentismo absoluto", un "historicismo absoluto" y un "humanismo absoluto".

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